choque de trenes

 

Cada vagón de tren tiene dos boogies.

 

Cada boogie tiene cuatro ruedas

 

Cada rueda tiene dos zapatas de freno y un aparatito que, al frenar suelta arena seca para que no patine

 

En el tren, como en el auto, como en todo vehículo, el sistema de freno tiene más fuerza que el de tracción (prueben si no, con el freno de mano puesto, arrancar un coche)

 

Cada formación tiene siete vagones que todos frenan al unísono con la misma potencia.

 

A 65 km/h un tren lleno se frena aproximadamente en 100 metros. Si se le aplica el freno de emergencia (que en este caso estaba accionado), quizá en menos.

 

Para que un tren vaya a una vía, hay una orden del Comando de Tráfico  o del Jefe de Estación  que ordena mover el cambio (el conductor del tren no puede determinar la dirección del tren, solo su velocidad o frenado) y, si esa vía está ocupada en menos de un kilómetro, el sistema de alarmas lo avisa y traba la palanca con la cual el señalero hace el cambio (lo sabe porque el mismo sistema de señales tuvo que darle paso al tren que está ocupando la vía y no registró su paso porque si no se hubiera bajado la señal siguiente)

 

Si pese a todos estos recaudos que, si funcionan bien impiden en forma absoluta la colisión de dos trenes, el tren se ve de frente con otro (y el maquinista en esa zona donde la vía es recta lo ve a más de 100 metros), con los frenos en buen estado, no choca.

 

Si el cambio lo hicieron con el último cruce anterior a la estación, es porque ninguno de los sistemas funcionaba

Si esto sucede y chocan, como todos los vagones frenan al unísono y el golpe lo asume el chasis donde se acoplan los booggies, ningún vagón se incrusta en otro.

Perdonen los detalles técnicos. Pero me da asco escuchar a Randazzo que, a un año y medio de la tragedia de Flores y a un año de la de Once, intente decir que el tren estaba bien con todos sus frenos en orden, nuevos, recién cambiados.

Ese tren salió de taller y tuvo que volver por fallas de freno y la semana pasada no frenó en Padua (con pasajeros arriba) lo llevaron a Merlo, donde bajaron a todos los pasajeros y volvió a taller.

¿En menos de una semana le cambiaron íntegro el sistema de frenos?

Este Gobierno tiene que dar serias explicaciones (que no son las pavadas que dijo Randazzo) y abrir a que los trabajadores integren la dirección de como recuperar los trenes, aunque, lamentablemente, se perjudique alguno de sus “empresarios amigos”. Ya está claro que su política de transportes ferroviarios fracasó.

¿Cuántos muertos más se necesitan para que lo asuman, lo reconozcan y cambien?    

 

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