carlos mugica un cura como pocos


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@GUSS68

11/05/2014#N46680

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El padre Mugica cuenta su historia
El 11 de mayo de 1974 moría acribillado a balazos el padre Carlos Mugica
cuando salía de la Iglesia Francisco Solano, donde acababa de celebrar una
misa. El “cura villero” adhirió incondicionalmente al Movimiento de
Sacerdotes por el Tercer Mundo y luchó incansablemente por mejorar las
condiciones de vida de la gente humilde. A continuación, transcribimos una
entrevista aparecida en el primer número de la revista Cuestionario, donde
Mugica se refiere a uno de los momentos clave de su vida, cuando su mundo se
derrumbó y comenzó su infatigable lucha por los pobres.

Fuente: Revista Cuestionario Nº 1, mayo de 1973
“Nací en el palacio Ugarteche, creo que lo llaman el palacio de los Patos y
siempre viví en Barrio Norte; el colegio, mis amigos eran todos como yo. Mi
familia tenía un honda fe cristiana y fui criado en un clima de piedad
religiosa; pero era una fe trascendentalista, muy preocupada por la
salvación del alma, que no turbaba para nada la conformidad que sentíamos
hacia todo lo que nos rodeaba. El otro mundo, el mundo de los humildes, no
lo conocía. Me acuerdo sí, de un amigo del barrio, Giménez, hoy estanciero,
que era distinto; tenía una forma especial de hablar con los pobres:
simplemente se daba, me acuerdo de él por eso: porque se daba; se daba más
que yo. En aquella época tenía, sin embargo, ocasión de tocar las cosas del
pueblo; (…) Yo soy hincha fanático de Racing, me gustaba mucho ir a la
cancha. A mi padre no le sobraba la plata: éramos siete hermanos. Entonces a
mí me daba un peso por semana; la popular en ese tiempo valía
50 centavos… yo iba a la popular con Nico, el hijo de la cocinera. En la
cancha, durante el viaje de ida y al regreso, Nico y yo, compartíamos las
mismas cosas; además éramos iguales, bueno… bueno éramos todos iguales: era
la alegría simple del pueblo y Nico y yo estábamos allí. El mundo de la
burguesía, en cambio, es el mundo de las diferencias; está la puerta del
servicio y la entrada de la gente; una comida para el personal de servicio y
una comida para los patrones. Con el fútbol me agarraba unas ronqueras
bárbaras, pero, además tenía problemas de conciencia. Yo era muy piadoso… y
en mis oraciones le pedía siempre a Dios que ganara Racing el domingo, mi
hermano Alejandro era de River, y él le pedía a Dios que ganara River…yo
pensaba ‘ahora no se como se va arreglar Dios, y bueno…entonces habrá
empate’.”

“Era un muchacho piadoso y, a mi manera, feliz. Primero, iba aprender que
había otra clase de felicidad…después lo otro: otra clase de piedad. Me
acuerdo que un día charlando con mi confesor, el entonces padre Aguirre, hoy
obispo de San Isidro, le dije: ‘Padre, hoy me siento un tipo feliz: primero,
porque hay una chica que creo me lleva el apunte; segundo, porque Fangio
acaba de ser campeón mundial y tercero, porque Racing va primero’. Esa era
toda mi problemática en aquella época. Pienso que mi vida se hubiera
derrumbado si Fangio volcaba con el coche o Racing perdía dos a cero. El
padre Aguirre se sonrió y me dijo: ‘Mirá, yo creo que la felicidad depende
de cosas más profundas…’; después lo descubrí. Un tipo extraordinario el
padre Aguirre, era un hombre que se daba, un hombre que vivía para los
demás. A él, después de Dios y mi madre le debo la vocación sacerdotal.
Además me hizo pensar por primera vez, que la felicidad
no está en las cosas de uno, sino en las cosas de los demás. Por todo eso,
creo que es una de las personas importantes en mi vida. Fue un encuentro
decisivo; el otro vendría mucho después… cuando estrellé con un letrero
escrito en el sueño de un callejón. Mi mundo era un mundo homogéneo y sin
conflictos, en el que, sin embargo, el padre Aguirre había abierto la
primera, pequeñísima brecha; todavía mi piedad y mi felicidad vestían su
vieja piel. Hasta los diecinueve años no se me había cruzado por la cabeza
que yo podría ser sacerdote. A los veintiún años entré en el seminario:
estaba todavía en tercer año de Derecho. La enseñanza que daban en el
seminario, la lectura y la meditación de la Biblia, donde está indicado
claramente que Dios viene por todos, pero que, principalmente Dios viene
para los pobres, me habían hecho ver que el sacerdote está llamado a una
vida austera, abierta a la vida de los humildes. Todavía era
seminarista y entré a trabajar al lado del padre Iriarte, hoy obispo de
Reconquista, que era teniente cura en la parroquia de Santa Rosa. El padre
Iriarte visitaba la gente de la parroquia; no la esperaba, la iba a buscar.
No se trataba solamente de ir con la palabra de Dios; se trataba de recoger
la palabra de los hombres. Tratábamos de hablar con la gente, de comprender.
Era un barrio popular y la gente humilde siempre tiene problemas; había por
supuesto, que evangelizar, llevar a cada uno la seguridad de que todos eran
hijos de Dios, pero aparte, había que tratar de llegar a todo lo demás. A
fines de 1954 y durante todo el año 55, íbamos con el padre Iriarte a
visitar a la gente en sus casas. Una vez por semana, íbamos a un conventillo
que quedaba en la calle Catamarca y charlábamos con la gente. Yo preparaba
unos muchachos que luego tomaron la primera comunión; los domingos jugábamos
al fútbol. Como en aquellas idas a la cancha con Nico,
era mi otra gran experiencia de ese mundo, el mundo de los humildes del
cual yo había vivido siempre distante. Pero esta vez, me iba a dar cuenta
que era más adentro, bien adentro.”

“Eran los días finales del gobierno peronista. En mi familia, mi padre
estaba prófugo y tenía dos hermanos en Villa Devoto. En el barrio norte se
echaron a vuelo las campanas y yo participé del júbilo orgiástico de la
oligarquía por la caída de Perón. Una noche, fui al conventillo como de
costumbre. Tenía que atravesar un callejón medio a oscuras y de pronto, bajo
la luz muy tenue de la única bombita, vi escrito, con tiza y en letras bien
grandes: ‘Sin Perón, no hay Patria ni Dios. Abajo los cuervos’. La gente del
conventillo me conocía bien, yo había intimado bastante con ella durante
todo ese tiempo (después seguí yendo, casi todo el año 56). Sin embargo,
para mí lo que ví escrito fue un golpe: esa noche fue el otro momento
decisivo en mi vida. En la casa encontré a la gente aplastada, con una gran
tristeza. Yo era un miembro de la Iglesia y ellos le atribuían a la Iglesia
parte de la responsabilidad de la caída de Perón.
Me sentí bastante incómodo, aunque no me dijeron nada. Cuando salí a la
calle aspiré en el barrio la tristeza. La gente humilde estaba de duelo por
la caída de Perón.”

“Y si la gente humilde estable duelo, entonces yo estaba descolocado: yo
estaba en la vereda de enfrente. Me acordé de María. Había ocurrido hacía
mucho tiempo; lo tenía olvidado. Un verano había ido con mi hermano, en las
vacaciones, al campo. Desde entonces les escribí a mis padres. En la
despedida de la carta había puesto: ‘Saludos a las sirvientas’. Cuando
volvimos de afuera María me dijo: ‘Carlos, nosotros no somos sirvientas:
somos seres humanos’. Era la misma cosa que el letrero del callejón. Si
María hubiera escrito en una de las paredes de mi casa ‘… somos seres
humanos’, bueno… se lo hubieran hecho borrar o tal vez la hubieran echado.
Sí, yo estaba en la vereda de enfrente. Ahora la gente pobre estaba de duelo
y debía pensar en el significado de esa tristeza. Cuando volvía a casa, a mi
mundo que en esos momentos estaba paladeando la victoria, sentí que algo de
ese mundo, ya, se había derrumbado. Pero me
gustó.”

 

Extractos de Peronismo y Cristianismo Carlos Mugica, Editorial Merlin, Buenos Aires, 1973. desaparecidos

"¿Qué es glorificar a Dios? No es ponerle veinticinco velas a los santos. No. Sí ayudar a que un hombre sea más hombre. Si yo a este hombre lo ayudo a leer y escribir, glorifico a Dios, porque lo ayudo a crecer como hombre. Ayudar al hombre a ponerse de pie. No pararlo. El sólo se tiene que poner de pie. Ayudarlo a ayudarse." "Antes que hablarle de Dios al hombre que no tiene techo, hay que darle un techo. Darle techo ya es hablarle de Dios. Mejor dicho ayudarlo a que se dé el techo es ayudarlo a ayudarse."
"Hay un pecado personal, fundamental, que es el pecado del egoísmo. ¿Qué es pecar? Es tratar a una persona como si fuera una cosa. No hay más que un solo pecado: el pecado contra el amor. Cuando cosifico al otro, ahí hay pecado. Cuando utilizo al otro, ahí hay pecado. Cuando respeto a la persona del otro, ahí hay amor."
"Y está el pecado colectivo o estructural... ¿Cuáles son las estructuras opresoras? Aquellas que establecen un tipo de dominación de unos hombres por otros. Yo pienso que el sistema capitalista liberal que nosotros padecemos es un sistema netamente opresivo. No solo porque hay muy pocos hombres que se aprovechan del fruto del trabajo de la mayoría, sino porque además las relaciones que se establecen son relaciones de dominación. Relaciones despóticas."
"Por eso, como movimiento de Los Sacerdotes del Tercer Mundo propugnamos el socialismo en la Argentina como único sistema en el cual se pueden dar relaciones de fraternidad entre los hombres. Que cesen las relaciones de dominación para que haya relaciones de fraternidad. Un socialismo que responda a nuestras auténticas tradiciones argentinas, que sea cristiano, un socialismo con rostro humano, que respete la libertad del hombre."
"Los hombres están condicionados, determinados por las estructuras en las que viven. Por lo tanto, tengo que amar a los seres humanos y amar las estructuras que contribuyen a que esos seres humanos se realicen como hombres, a que vivan creadoramente. Y debo tratar de destruir o modificar las estructuras que les impiden vivir de esa manera. Y aquí entra todo lo que hace a la dimensión política."
"La liberación debería realizarse en todos los sectores donde hay opresión. En el orden jurídico, en el político, en el cultural, en el económico y en el social."
"En el orden cultural hay opresión porque el pueblo, y entiendo aquí por pueblo fundamentalmente a los oprimidos, a los trabajadores, no tienen acceso a la enseñanza superior y tienen difícil acceso a la secundaria y aun a la primaria. A veces porque no hay bancos y si los hay porque los chicos tienen que lustrar zapatos para que la familia aguante. Además de esto nuestra enseñanza es tecnócrata y colonialista, para que no moleste, que no incomode el día de mañana y se adecue a este sistema montado sobre la base del lucro."
"En el orden económico y social, nuestra estructura económica es anticristiana y opresora. Primero porque en lugar de estar la economía al servicio del hombre, el hombre está al servicio de la economía."
"Segundo porque lo social está subordinado a lo económico con las consecuencias que acarrea." "En el orden social el índice de mortalidad infantil y de desocupación son cada vez mayores."
"Es un deber de todos los cristianos hoy, entrar en la lucha por transformar la sociedad. Esa es la acción política, la acción que tiende a transformar, a modificar la sociedad."
"La justicia se encarna en la vida entera de la sociedad. No basta darle a cada cual lo suyo en un plano meramente individual. No se trata de que los individuos ricos ayuden a los individuos pobres, sino que se trata de que los pobres dejen de ser pobres. Y hasta ahora, para que los pobres dejen de ser pobres no se ha inventado otro más que este sistema: que los ricos dejen de ser ricos. Hay que ayudarlos a los ricos a liberarse de esas riquezas que Los oprimen y que los llevan hacia el camino del infierno."
"Porque si queremos que los dos millones y medio de hermanos nuestros que viven en las villas miserias estén mejor, evidentemente algunos van a estar peor."
"Hoy los cristianos no podemos rezar el padrenuestro si no hacemos algo eficaz para que disminuya el índice de mortalidad, que en nuestra patria, aumenta día a día. Lo mismo con respecto a las torturas; si yo no estoy haciendo algo para que cesen las torturas, en la medida de mis posibilidades, soy co-torturador de mis hermanos. Porque quizá no soy un opresor directo que comete la injusticia, pero tal vez la consiento o no la reparo en la medida en que no me comprometo a través de una acción política para cambiar las estructuras. El compromiso político hoy, no es optativo, es obligatorio para los cristianos en sentido amplio."
"El problema de la violencia no es un problema virginal: "a mí no me gusta la violencia". Hay que ser un desnaturalizado para estar a favor de la violencia si la opción fuera violencia-no violencia. El problema es que yo no puedo quedarme pasivamente tranquilo ante la situación de terrible violencia institucionalizada que estoy viviendo, porque si lo hago, soy un asesino de mi pueblo que se está muriendo de hambre."
"¿No es violencia institucionalizada, acaso, la que sufre el obrero que apenas reúne 40.000 pesos mensuales, al tener que pagar el precio de la leche, la carne o el azúcar? ¿No es violencia institucionalizada el aumento cada vez más alarmante de mortalidad infantil? "
"Vivimos en un sistema capitalista, en el cual el motor fundamental es el lucro. El lucro es "el" motivo de este sistema económico." "Esta sociedad es inmoral, no solamente porque las riquezas se reparten en forma desigual, sino porque el tipo de hombre que propone esta sociedad es un hombre alienado, un hombre inhumano, es el hombre consumidor, el hombre que "tiene".
"Tenemos que buscar otro tipo de sociedad y aquí aparece la reflexión sobre la posibilidad de acceder al socialismo. ¿Cuáles son las pautas que debe tener en cuenta un cristiano para saber qué sistema puede adecuarse mejor o no a sus valores? Primero, el Evangelio; segundo el Magisterio de la Iglesia y después los signos de los tiempos."
"Pensemos en la comunidad prototípica, las primeras comunidades cristianas. ¿Qué se dice en el libro de los Hechos de los Apóstoles?: ‘Todos los que creían vivían unidos teniendo todos sus bienes en común, vendían sus posesiones y haciendas y las distribuían entre todos según la necesidad de cada uno’. (Cap. 2, 44ss). "La muchedumbre de los que habían creido tenían un solo corazón y una sola alma y ninguno tenía por propia cosa alguna; todo lo tenían en común." "No había indigentes entre ellos porque los dueños de haciendas y casas las vendían y llevaban el precio de lo vendido a los apóstoles y a cada uno se le repartía según su necesidad." "Dieciocho siglos más tarde Marx va a pronunciar una frase evangélica cuando diga: ‘de cada uno según su capacidad, y a cada uno según su necesidad.’"
"Si hoy realmente los que se dicen católicos en la Argentina pusieran todas sus tierras en común, todas sus casas en común, no habría necesidad de reforma agraria, no habría necesidad de construir ni una sola casa. Los casi tres millones de personas que viven en las Villas Miserias en la Argentina, o en conventillos infames y en cuevas –como los indios con los que estuve en Los Toldos – podrían vivir confortablemente bajo techo sin que se construya una sola casa más en el país. Sólo en Buenos Aires hay ciento diez mil departamentos vacíos. Si esta fuera una sociedad cristiana, la gente de las Villas tendría derecho a ocuparlos. Ya de hecho lo han concretado en Córdoba, un grupo de gente de una villa se apoderó de un monoblock. No han hecho más que recuperar lo que les corresponde. Porque cuando la gente dice "esto es mío", ¿quién decidió que es suyo?. El Código Civil Argentino. Pero el Código Civil fue una avivada de doscientas familias que ya se habían apoderado de las tierras y por eso podían decir: "cada uno tiene derecho a sr propietario de lo que tiene". Claro, si todos hubieran largado a cero kilómetro en materia de tierras, muy bien, pero los señores Pereyra Iraola y Menéndez Behety ya eran dueños de media Argentina cuando dijeron ‘hay que respetar la propiedad privada’. "
"En el fondo las discrepancias ideológicas se cierran en dos alternativas, que son: una la alternativa capitalista, que se basa fundamentalmente en que unos pocos sean dueños de los bienes de producción, es decir de los bienes que producen bienes, o sea de las máquinas, donde el hombre tiende al lucro. Esos pocos serán estos que dijo el apóstol Santiago: ‘los ricos que oprimen a sus hermanos’.
"La otra alternativa es el socialismo, en el cual la comunidad es la que tiene el control y la propiedad de los bienes de producción. No son de unos o de algunos, sino de todos. El control popular sobre los medios de producción, que lleve a que los bienes no sean de algunos sino de todos."

 

 

 

Comentarios

@CECILYA

11/05/2014



Gracias, Gus, muy linda nota, amplia y comprometida, mostrando la personalidad extraordinaria de Carlos Mujica, yo creo que quienes lo asesinaron aún permanecen, con otros cuerpos, con otros nombres pero con el mismo instinto ideológico "terminar con cualquier germen de la libertad en serio" llámense los 30.000 desaparecidos,Julio Lopez,o Mariano Ferreyra o Luciano Arruga,se podrá coincidir o no, inclusive hasta estar en contra, pero jamás se podrá dejar de reconocer una vida coherente de pensamiento, acción y entrega.....Gracias a esas existencias y la de otros mártires aprendimos, pero no lo suficiente ojalá se conozca....para que entre todos evitemos más muertes-Cecilya

 

 

Oración del Padre Mugica

 

"Señor: Perdóname por haberme acostumbrado a ver que los chicos parezcan tener ocho años y tengan trece.

Señor: perdóname por haberme acostumbrado a chapotear en el barro. Yo me puedo ir, ellos no.

Señor: perdóname por haber aprendido a soportar el olor de aguas servidas, de las que puedo no sufrir, ellos no.

Señor: perdóname por encender la luz y olvidarme que ellos no pueden hacerlo.

Señor: Yo puedo hacer huelga de hambre y ellos no, porque nadie puede hacer huelga con su propia hambre.

Señor: perdóname por decirles 'no sólo de pan vive el hombre' y no luchar con todo para que rescaten su pan.

Señor: quiero quererlos por ellos y no por mí.

Señor: quiero morir por ellos, ayúdame a vivir para ellos.

Señor: quiero estar con ellos a la hora de la luz."

"Nada ni nadie me impedirá servir a Jesucristo y a su Iglesia, luchando junto a los pobres por su Liberación. Si el Señor me concede el privilegio, que no merezco, de perder la vida en esta empresa, estoy a su disposición" C.M.

 
@VIVIANSIL

11/05/2014



"Si yo a este hombre lo ayudo a leer y escribir, glorifico a Dios, porque lo ayudo a crecer como hombre". 

Esta frase me impactó y me llega muy profundamente. Excelente el material que subiste, Gustavo. Con gran claridad nos acerca al pensamiento del movimiento tercermundista. Me acuerdo cuando trabajé en un censo educativo en el 2003 en la villa 31. En esa oportunidad recorría el barrio con una joven vecina y me llamó la atención en qué medida la gente tenía presente al padre Carlos Mugica.

Un saludo y gracias.

   
@MONI2020

11/05/2014



heart GRACIAS SON VALORES !!  
@MONI2020

12/05/2014



smiley Un abrazo a todos !!