Laura Gutman y la destruccion del cuerpo femenino


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Publicado por
@MARCELO65

03/06/2014#N47021

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LAS CESÁREAS ABUSIVAS

Es evidente que la ginecología y la obstetricia moderna están atravesadas por la necesidad de recuperar la autoafirmación por parte de los varones. Como hemos visto, funciona una “compensación pendular” asumida por los “hombres científicos” que valoran especialmente el trabajo “objetivo”. Hoy constatamos que, desde esa perspectiva, la historia de la ginecología ha sido bastante penosa. Desde los inicios de las civilizaciones patriarcales, la irracionalidad con la que se presentaban pruebas de la inferioridad femenina, ha influido en la medicina de la mujer hasta nuestros días, aunque nos consideremos a nosotras mismas posmodernas y feministas. 

Desde que la ginecología se convirtió en una rama de la medicina y, como tal, pasó a manos masculinas, las intervenciones punzantes, hirientes, de ablación y castración de órganos femeninos ha ido en aumento de manera vertiginosa. 

Por ejemplo, apenas los ovarios fueron descubiertos como órganos maravillosos donantes de vida, las operaciones ginecológicas más frecuentes empezaron a ser las de extirpación de ovarios, hecho que aún se perpetúa en nuestros días. Luego apareció la cruzada irracional contra los úteros de las mujeres de más de cuarenta años. Esta tendencia no cedió hasta que apareció la Sustitución hormonal antes del climaterio, que hoy es tratamiento obligado, como una moda impuesta que pasará apenas aparezca otro tratamiento más rentable. También estamos terminando un período de infinitas ablaciones de pechos. Los argumentos médicos que hasta hace poco tiempo defendían la extirpación de úteros, ovarios y pechos, hoy resultan obsoletos. Pero tenemos un tendal de mujeres amputadas. ¿Por qué comparo la población de órganos con las cesáreas? Porque en todos los casos los varones cortan, abren, hieren, mutilan, atraviesan y cosen con el filo de sus armas, sin lograr extirpar el misterio del cuerpo femenino. 

En la Edad Media se huía de la cesárea practicada sobre una mujer viva, porque se creía que del vientre abierto se escurría el diablo. Hoy se cometen impresionantes excesos, especialmente en las clínicas privadas, donde más de la mitad de las mujeres somos sometidas a esta intervención generalmente innecesaria. En muchos casos somos las propias mujeres las que solicitamos las cesáreas, supuestamente por temor al dolor del parto.

 

Comentarios

@MARINAONLINE

03/06/2014



Creo que la mayoría de las cesáreas se hacen por lucro, en las prepagas, no esperan lo suficiente a que la mujer haga su trabajo de parto y enseguida la operan. En otros casos (los menos) lo harán por necesidad y algunas mujeres la pedirán por miedo.  

Sea cual fuere el motivo, no deja de ser una invasión y agresión al cuerpo femenino, con los riesgos que trae, como cualquier operación. 

En las maternidades y hospitales públicos es menos común que se practique,  de las mujeres que conozco y que han tenido allí sus hijos, ninguna tuvo cesárea. 

 

 

 

 

 

 

 

  

 

 

 

 

 

 

Hay  
@KUKITYTA

04/06/2014



Interesante el artículo y la mirada que aporta sobre estas nuevas "castraciones" femeninas. Me gustaría aportar otra que está relacionada con los tiempos que corren, independientemente del género.

Creo que estamos viviendo una época donde todo debe resolverse inmediatamente. Quizás el avance de las comunicaciones y la tecnología tenga mucho que ver con esto. Pensemos por caso que lo que hace un tiempo se resolvía con una carta que podía tardar unos 15 días, hoy se resuelve instantáneamente con un mail y este es solo un ejemplo de como los tiempos han cambiado. Todo se ha acelerado y la sensación que las esperas son molestas e inecesarias se traslada a todos los campos, también al parir y ni que hablar a las relaciones interpersonales.

Ruth