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Publicado por
@VIVIANANC

25/06/2014#N47306

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Las peleas forman parte de la convivencia y las crisis. ¿Qué pasa cuando se normaliza y se tolera la pelea constante?

Siete mil millones de seres humanos pueblan hoy el planeta. No hay dos iguales. Nunca los hubo. Todo vínculo entre personas es una relación entre individuos diferentes. Y el gran desafío en esa construcción consiste en integrar las diferencias sin perder la singularidad intransferible de cada uno. Ni la imposición autoritaria ni el sometimiento condescendiente son buenos caminos para abordar las diferencias. Cualquiera de los dos lleva a la ilusoria creencia de que se ha eliminado la discordancia. Es el famoso fueron felices y comieron perdices, que pone punto final a la historia en donde ésta comienza, y no deja ver qué hay detrás de las perdices. Así se crea el mito de que en el amor todo es armonía, acuerdos telepáticos y música de violines como fondo.

Se puede pelear como enemigos, lo cual significa que ceder es perder. La pelea es, entonces, a muerte. Se puede discrepar como socios que apuntan a un mismo fin, y no lo pierden de vista, aunque proponen diferentes medios. Se puede discutir largamente y con la esperanza de un acuerdo, siempre que no estén en juego cuestiones de valores. Pero es muy raro que dos que se aman no riñan. Hacerlo es también un modo de conocerse mutuamente. Y el amor es conocimiento. Se ama a quien se ha aprendido a conocer y a aceptar aun en sus aspectos menos glamorosos. Lo contrario es ilusión, enamoramiento, idealización. Lo que el amor no admite es la mala fe, la manipulación o el ocultamiento como instrumentos de la discusión. Tampoco la necedad, el intento de torcer la dignidad y la individualidad del otro para rendirlo ante los argumentos propios.

Todo organismo sano sufre ocasionalmente una fiebre o una descompostura. Eso no invalida su salud, el sistema inmunológico la restaura. Pero no es señal de salud vivir con fiebre o descomposturas crónicas. Tampoco es cierto que las riñas son signos de amor. En todo caso no están al margen de la construcción amorosa, pero el amor no se afirma en la pelea sino en la armonización de las diferencias, aunque lleve tiempo y trabajo.

Por: Sergio Sinay

 

Comentarios

@MARIO

25/06/2014



Muy buen artículo. Gracias por compartirlo. Mario  
@VIVIANANC

25/06/2014



A vos, Mario, por leerlo!  
@CARLOS_MARIANO

25/06/2014



Muy interesante Viviana. Aprendí que no es malo que haya conflicto, depende qué características tiene y lo fundamental, eso está en este artículo, es cómo se resuelve. Si hay respeto y se privilegia el encuentro y no el desencuentro. Sin conflicto no hay crecimiento, esto en todos los órdenes de la vida. El conflicto marca que hay algo que molesta y no está bien y que es necesario revisar y corregir. La capacidad que haya en los participantes para resolverlo es lo que determina el camino a seguir.

Gracias  
@OJOSMIEL

25/06/2014



Muy buen articulo. Las peleas aruinan la pareja y la desgastan.

Maby