13 de Noviembre de 1901-Nacía Arturo Jauretche


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Publicado por
@CECILYA

13/11/2014#N49749

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Se me ocurre compartir este recordatorio, porque creo que fue un escritor cuyo  pensamiento aportó decisivamente a la formación de una conciencia nacional analizada desde el punto de vista de las clases populares y de los sectores que perdimos consecuentemente la mayoría de las luchas-Seguramente habrá quien le interese indagar más sobre mis afirmaciones y tambien a quienes no le importe es el libre juego de las opiniones, la mía está clara-Cecilya



Arturo Martín Jauretche nació en Lincoln, provincia de Buenos Aires, el 13 de noviembre de 1901. Sus padres fueron don Pedro Jauretche y Angélica Vidaguren quienes, además tuvieron otros 9 hijos, siendo Arturo el mayor de todos ellos. 

Ensayista, escritor y político Jauretche militó en su juventud en el Partido Conservador para luego enrolarse en las filas Yrigoyenistas. 

En 1930 fue protagonista de la lucha callejera contra los gobiernos de los generales José Félix Uriburu y luego de Agustín P. Justo y participó en actividades de riesgo especialmente en los combates de San Joaquín y Paso de los Libres, Corrientes, el 29 de diciembre de 1933 donde fue tomado prisionero luego de este último levantamiento radical. En las luchas internas del radicalismo dirigió los grupos "Continuidad Jurídica" y "Legalista" que se oponían a la dirección de Marcelo Torcuato de Alvear. Posteriormente, con el surgimiento del peronismo, Jauretche adhirió a los principios del recién nacido Movimiento Justicialista. 

Quien había visto morir a Yrigoyen y había empuñado el fusil en la revuelta popular contra el régimen, aparecía entonces en el momento oportuno para reafirmarle al caudillo que "No hay nacionalismo sin pueblo", que "sólo los descamisados" podrán "aplastar a los vendepatrias y a los cipayos", y que "la Independencia Económica y la Soberanía Política no se plasman sin La Justicia Social y que en el mundo de imperialismos en pugna, la Argentina debe asentarse en La Tercera Posición". 

Desde 1946 hasta 1951 fue presidente del Banco de la Provincia de Buenos Aires y, al producirse la Revolución de 1955, volvió a la lucha política "en defensa de los diez años de gobierno popular". 



Síntesis de su pensamiento a traves de un reportaje



Confirmado, Nº 148, 18 de abril de 1968 





Ingenioso, lleno de caprichos y de obsesiones, ninguno de sus libros –y lleva escritos unos cuantos en sus 67 años de vida– ha dejado de depararle enemistades profundas y adhesiones terminantes. Animador de Forja, yrigoyenista primero, peronista después, se autopostuló alguna vez como candidato a diputado: los circunstanciales y escasos votos que cosechó entonces no expresan, de ninguna manera, la vigencia ideológica y literaria que hoy tiene. En el modestísimo bar de Córdoba y Esmeralda, en Buenos Aires, Arturo Jauretche mantuvo este diálogo con Confirmado. 



Confirmado: –Usted parece el Alfredo Palacios del peronismo. 



Arturo Jauretche: –¿Por qué no se va al c...? Eso es lo más agraviante que me puede decir. Tengo muchos defectos, pero nadie me puede acusar de hacer el fanfarrón ni de vivir para la nota necrológica; tampoco me doy corte de ser pobre, como ese finado de cuya pobreza se habla tanto, pese a que cobró sueldo de legislador durante treinta años y fue profesor, ignorando las materias que enseñaba durante cuarenta. 



C.: –¿Y qué me dice de los procesos judiciales que le siguieron, después de haber sido presidente de un banco?



A.J.: –Vea, en toda mi vida me han enjuiciado dos veces: una a raíz de un hurto de muebles del partido peronista; otra en la que me acusaban de haber formado un patrimonio durante mi función en el banco. Las dos veces fui sobreseído. El mismo fiscal pidió el sobreseimiento, porque no encontraba ningún elemento serio para acusarme. Después, la llamada Junta de Recuperación Patrimonial penó mi rebeldía confiscando mis bienes. Me confiscaron todo lo que tenía: 30.000 pesos, producto de la venta de mi departamento. Así es que vengo siendo el único argentino confiscado. 



C.: –Bueno, pero hay todavía alguna gente que sigue diciendo no sé qué de ciertos negociados turbios... 



A.J.: –Vea, después de la caída de Perón me han investigado tanto que no creo que ni en Palermo haya un pingo al que se le haya analizado tanto la sangre; debo ser uno de los argentinos que más certificados de salud moral tiene. 



C.: –Me parece que a usted le preocupa mucho el tema del medio pelo; en su libro, usted acusa a algunos escritores de ser expresión típica de ese medio social. Y usted mismo, ¿qué es? ¿Un aristócrata o qué? 



A.J.: –Puede ser que yo mismo sea, nomás, un hombre de medio pelo. Vivo en una sociedad que lo ubica a uno allí. Precisamente, estoy escribiendo un libro sobre estas cosas. Se llama Manual de zonceras argentinas, y allí confieso algunas de las zonceras en las que yo mismo he creído alguna vez. El libro va a tener varias páginas en blanco para que los lectores llenen ellos mismos las zonceras que puedan haber en él. Yo espero que el libro sea algo así como un Alka-Seltzer intelectual. 



C.: –Usted parece un hombre demasiado contento consigo mismo. Y sin embargo tiene muchas cosas contradictorias. ¿Qué me cuenta de su juventud, cuando era conservador militante? 



A.J.: –Cosas de la educación liberal, de filiación conservadora que recibí en mi casa. Lo que me despertó fue la revolución mexicana, los Zapata, los Obregón, los Pancho Villa. Desde entonces renegué de la concepción liberal que tiende a presentarnos como un país de segunda, y a nuestro pueblo como a un pueblo inferior. 



C.: –La vez que se presentó como candidato a diputado recibió los votos de su familia y el de algunos amigos, nada más. Parece que usted, finalmente, es un fracasado en política... 



A.J.: –Es cierto que no he sido diputado, ni ministro ni presidente. No me lo propuse nunca, a no ser como medio para triunfar en otras cosas. En cambio, es notorio que hoy la inmensa mayoría de los argentinos habla un idioma que, hace cuarenta años, hablábamos solamente unos pocos. Cuando nosotros emprendimos la lucha para formar una conciencia nacional, opuesta a la mentalidad liberal-colonialista, nunca creímos que en el precario tiempo de nuestras vidas lograríamos la victoria que hoy tenemos delante de los ojos. Así, tengo derecho a sentirme un triunfador.


 

Comentarios

@MONI2020

13/11/2014



NINGUNA PERSONA PIENSA DESDE LA NADA, SOMOS FRUTO DE LA COMPRENSIÓN DE NUESTRA HISTORIA, HAY QUIENES VEN MÁS A LOS OTROS, HAY QUIENES LOS USAN, EN FIN..., SON TAMBIÉN VALORES !!