LA MANO - Desconocida - Jose Playo


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Publicado por
@MARASOL

02/08/2016#N60571

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En mis primeros años de asistir al colegio, las instrucciones con la que yo salia de mi casa hacia el mismo eran simples: tenia que pedirle a algunas personas que se encontraran en la vereda que me ayudara a cruzar las calles. A eso se resumia todo el cuidado que habia que tener unas cuantas decadas atras para avanzar  por la geografia de mi ciudad, camino a la escuela. En aquel pasado en el que no existia la telefonia celular y en el que, por ende, la vida de nuestros seres queridos era un misterio la mayor parte del dia, me da por pensar ahora, o estabamos en manos de inconcientes o los peligros eran apenas una sospecha de imaginarios agoreros y de maldiciones biblicas. A la hora en que yo caminaba hacia la escuela, siempre me cruzaba con un señor de baja estatura que me generaba confianza y a quien por lo general apuntaba para pedirle ayuda para sortear las dos ultimas cuadras. Pero entre una y otra calle caminabamos en silencio, como si hubiera una chance de que al llegar a la vereda siguiente, fueramos a desencontrarnos, como si algun dia nuestras rutinas nos depararn caminos distintos que esas baldosas que zapateabamos masticando los restos de nuestros sueños. Y siempre el semaforo volvia a ponernos en linea cada vez, y ambos repetiamos  la ceremonia de oferta y demanda como si no nos hubieramos visto jamas. entonces nos tomabamos de la mano y pasabamos al otro lado. El ritual de cruce se repitio varias veces. Nunca tuve la menor idea de si esa persona tenia antecedentes, si se trataba de un loco furioso, o si era un suicida decidido a buscar la paz debajo de las ruedas de algun vehiculo de gran porte a quien yo le arruinaba sistematicamente los planes todas las mañanas. Lo unico que tengo en claro es que despues de batallar contra la modorra a contrapelo, de desayunar a desgano y de vestirme entre quejas, salia a la calle en esa epoca de mi vida a buscar las manos de los desconocidos en la ciudad para que me ayudaran a cruzar las calles hasta llegar al colegio, la mano de ese hombre o mujer -que tenia la edad que yo tengo ahora- fue la que mas veces me guio en los amaneceres gelidos de una ciudad que ahora parece feroz, mecanica, incomoda. A veces cuando las cosa se ponen realmente feas, pienso en desprender. En volver hacia un pasado en sepia en el que la gente vivia menos aturdida, en el que las urgencias no eran tan urgentes. Un mundo en el que los desconocidos lucian menos amenazantes y en el que, extrañamente, siempre parecia haber mas tiempo. Es tonto, lo se. Pero me gusta pensar que en ese mundo valia la pena aprender a cruzar las calles. Hoy las manos amigas parecen estar siempre demasiado lejos.

@Marasol   smiley

(Pido disculpas nuevamente por la falta de acentos...lo solucionare lo antes posible)

 

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