¿DÓNDE VAN LAS BOLITAS QUE SE PIERDEN?


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Escrito por
@LOLAMORA

04/03/2018#N65775

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"De nuevo estoy de vuelta, después de larga ausencia, igual que la calandria que azota el vendaval..." Un gusto regresar, les dejo un cuento que le escribí a mi hijo cuando era purrete. Lola

¿Dónde van las bolitas?

Tomás jugaba en el piso del living con sus bolitas de vidrio. Setenta y siete tenía. Todas distintas, había lisitas y de un solo color, las de leche con su vidrio opaco, los bolones que eran más difíciles de ganar, las tricolor, las gastadas de tanto competir en la tierra del patio de la escuela, las campeonas y las ganadas en buena ley en torneos de cuartas y opis.
Pero no siempre fueron setenta y siete, antes sabían ser cien. El problema de las bolitas de vidrio es que desaparecen sin razón y nunca nadie más vuelve a saber de ellas.
-“¿Dónde van a parar las bolitas que se pierden?”
No es una pregunta cualquiera. Es algo muy serio. ¿Cómo puede ser que jugando acá, en el living, una bolita desaparezca sin más y no la pueda volver a encontrar?
Un día, una gran búsqueda se organizó en el 4° piso, del edificio rojo, del barrio de los mil ríos. No faltó nadie a la cita. Todo juguete digno de ser llamado juguete con dueño, debía presentarse en las filas de tan importante misión.
Los soldaditos de plástico verde fueron los primeros en llegar, ellos, por estar entrenados, enseguida se dividieron en tropas de búsqueda.
Los dinosaurios tampoco faltaron, las bestias conocían bien los rincones de la casa ya que pasaban el día escondidos por miedo a que una explosión interplanetaria los extinguiera definitivamente.
Todos los autitos de colección aprontaron sus motores cromados y recorrieron los temidos bajos del sofá.
Los muñecos articulados también llegaron, sobre todo para disipar los rumores de ser los causantes de las desapariciones. Se decía por ahí, que eran ellos quienes usaban las bolitas para jugar al fútbol y que siempre se les perdía alguna. El honor ante todo, así que… a trepar por los estantes de los libros de cuento se dedicaron.
Hasta los marineros de la colección de barquitos que custodiaba la bañera recorrieron cada rincón del baño.
La noche llegó y la búsqueda… fracasó. Nadie sabía nada de las dichosas bolitas de vidrio.
Los días pasaron, las semanas también. Es curioso cómo se va el tiempo cuando uno es chico.
Los veranos y los inviernos dejaban su huella en los viejos juguetes del departamento de San Fernando. Ya nadie los usaba en misiones de búsqueda o en odiseas de ultramar de jabón y shampoo.
Tomás creció y se mudó de la casa que lo vio nacer. Había que ser grande ya!!! Cómo duelen los cambios aunque sean necesarios.
-“¿Dónde quedó mi infancia?” Se preguntó. –“Cómo puede ser que no la encuentre? “Seguramente, si emprendo otra búsqueda va a fracasar”. Pensó.
Me parece que la niñez va a parar al mismo lugar donde llegan las bolitas de vidrio perdidas, le dije. Nadie sabe dónde fueron, ni cómo lo hicieron, sólo que ya no están y jamás volverán.

 

Comentarios

@OJOSMIEL

04/03/2018



Que lindo, yo tengo una lata llena de mis hijos, esperando que mi nietito sea mas grande para darselas.  
@MONI2020

04/03/2018



Muy lindo, la vida es un continuo donde hay también pérdidas. Algunas recuperables, otras no...Tal vez aprender a disfrutarla sea parte de este conocimiento. Gracias !!  
@ANSOGUAT

05/03/2018



Hola Loloamora, exquisito cuento, con un transfondo muy sentido para todos nostros, lo disfruté mucho, gracias x subir este texto aunque me haya invadido la nostalgia

Ric  
@EDSANS

06/03/2018



OJOSMIEL, ... y las bolitas están esperando a su nietito para transmitirle la felicidad que fueron para sus hijos.

MONICABAN, ... aprender a disfrutar las pérdidas... ¡ Muy bueno !

ANSOGUAT, cierto me resultó nostálgico y placentero leerlo.

LOLAMORA, ... siga escribiendo como lo hace.

Saludos   
@LOLAMORA

07/03/2018



Gracias  a todos por leer y comentar, llevaba tiempo sin publicar nada por aquí y ya extrañaba.  
@OJOSMIEL

07/03/2018



@EDSAMS si tiene 3 añitos, todavia es chiquito, pero las va a disfrutar como las disfrutaron su papá y tio.  
@LOLAMORA

20/03/2018



Gracias  a todos por leer y comentar, llevaba tiempo sin publicar nada por aquí y ya extrañaba.  
@ASERET

20/03/2018



hermoso!!!  
@LAVANDA

20/03/2018



Qué hermoso relato Lola!!! muy sentido, nostálgico y real. Aún conservo la caja con las "canicas" de mis hijos y, tal vez, de intercambios entre ellos y sus amigos. Un recuerdo bien guardado que nos refresca la memoria y nos asusta por el paso del tiempo!! gracias, lo disfruté mucho!! cariños  
@LOLAMORA

20/03/2018



Gracias a vos LAVANDA  
@ANSOGUAT

21/03/2018



Perdón, volviendo a leer este foro , descubro el error , es trasfondo y no transfondo, muchas gracias

RiC  
@LOLAMORA

21/03/2018



ANSOGUAT... estaba por mandarte a mis abogados ;)
Gracias por releer, siempre es un halago.  
@MARCELYAN

22/03/2018



Muy lindo el cuento @LOLAMORA !!! Me trae un montón de recuerdos y una pregunta paralela....

Adónde va a parar la media que se me pierde dentro del lavarropas ????

Marcelo "siempre me falta una !!!" Marcelyan  
@LOLAMORA

23/03/2018



Un estudio reciente de la Universidad de Kamchatka, ha demostrado que las medias están hartas de andar en pareja y se han dedicado a la soltería. Incluso hay fotos de varios ejemplares vagando por los burdeles de Amsterdam.