Amiga... no tengas miedo de sufrir

Amiga… no tengas miedo de sufrir
o te perderás las mejores cosas de la vida.

Acaso no has sufrido cuando te enamoraste por primera vez?
Recuerda, era tan grande ese amor… que dolía.

Y cuando ese tremendo, inigualable, inmenso primer amor se fue
(acaso como tantos otros luego) no has sufrido?

Es que has olvidado los dolores de parto?
Debo, tal vez, señalar una a una las cicatrices que quedaron en tu cuerpo?

No es lo mismo! -me dirás- fue con placer,
era mi hijo, eso no es sufrimiento.

La realidad es que sufriste, solo que por algo que valía más que tu vida misma,
por eso valió la pena.

Y acaso hoy,
no es sufrir el esperar durante horas el ruido de la llave en la puerta
cuando esos hijos vuelven a casa en la madrugada?

Los mejores poemas, amiga,
han nacido del sufrimiento del poeta.

La libertad de los pueblos nació del tremendo sufrimiento de generaciones sometidas
y de héroes que decidieron que ya era hora de creer y crear un mañana diferente.

Todos sufrimos cuando despedimos a alguien que quisimos,
con el que compartimos mucho o poco de nuestra vida,
las más de las veces, sin la esperanza del regreso.

Por eso amiga… no tengas miedo de sufrir,
de caerte,
de perder las esperanzas,
de volver a fracasar,
de equivocarte nuevamente…
o de que, otra vez, se equivoquen contigo.

Si amaste está bien,
si pusiste el corazón y la sangre en cada beso,
en cada mirada buscando sus ojos,
en cada llamado para un simple y tierno “te extraño”,
en cada madrugada de suspiros y sábanas revueltas,
en cada hombro firme puesto en las malas
y en cada risa plena, en tiempo de uvas maduras.

Está bien si sufriste por creer,
por apostar de nuevo,
por ver más allá,
por demostrar que tenès un corazón lleno de cosas para dar,
por ser mujer, niña, amante, compañera…
está bien si sufriste por vivir.

Porque si pudiste hacerlo podrás de nuevo,
no importa cuantas veces,
ni en que tiempo,
ni con quien…
tù puedes,
nadie puede impedir que te levantes,
la frente alta (aunque los ojos aún estén húmedos)
y vuelvas a volar detrás de un sueño…
es la única manera de hacerlo realidad.

Amiga, no creas que te hablo de estas cosas
desde el facilismo de quien no tiene marcas
(a veces creo que ya no me queda corazón para una màs).

Como tú, aposté siempre,
a veces gané, otras perdí,
llevo dentro recuerdos maravillosos
de mujeres que me hicieron lo que soy
y también el amargo sabor de quienes, fríamente,
jugaron al no sé, al ya no estoy.

Yo también lloré y supliqué ternura,
intenté postergar partidas, pretendí no ver…
y me hundí en el inmensamente peligroso
pantano de la autocompasión.

Más, tengo ventaja,
soy escorpiano, soy persistente;
seco mis lágrimas y vuelvo a ensayar una sonrisa,
la vida está llena de sorpresas,
solamente hay que ayudarla estando dispuesto,
debes arriesgar mucho
si mucho es lo que se quieres obtener.

En lo personal,
cuando llegue esa noche en que la luna me busque en vano,
no quiero llegar frente a El
con el equipo nuevo y sin marcas;
no deseo escuchar su reproche:
“te di una vida intensa para que la gastaras hasta el último aliento
y solamente la desperdiciaste por temor…
si no hubiese querido que sufrieras, no te hubiese dado un corazón”

Por eso amiga…no tengas miedo de sufrir
por obedecer los impulsos locos del amor,
busca tus ventajas,
hazte fuerte en ellas,
mírate en el espejo y regálate una sonrisa,
ponte tu mejor vestido
y sal en busca de quien
en algún lugar
(sin ninguna duda)
te está esperando.

 

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