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Escrito por
@RAULFIEL

13/10/2005#N6848

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EL SECRETO
Aquella jornada para María Noelia no transcurría (¿O SI?) de la misma manera que las anteriores, pero con seguridad las posteriores serían semejantes. Para las primeras la intensidad de de pensamiento (¡Su sentimiento!) era mayor y vivía preocupada por no conocer el desenlace de las segundas.-
Unica conocedora de su secreto era conciente que nada debía preocuparla, porque los altos niveles de adrenalina que recorrían su cuerpo sólo podrían ser juzgados, exclusivamente, por ella.-
Mujer de una exótica belleza, sus cuarenta y pico de almanaques hacían de ella un ser con suficiente seguridad para manejarse socialmente y, por ello, posicionar su presencia con admiración de los hombres y preocupante envidia de las mujeres.-
¿Su infancia?. ¡Feliz y pícara!.-
¿Su adolescencia?: Transcurrió como la de cualquier otra joven entre juegos, asombros y preguntas bajo el, seguro, cobijo de una familia bien constituida y con pocos, tenues, sobresaltos.-
Ser hija segunda no la hizo tan dependiente y vio en su hermano mayor una especie de pequeño ídolo en los primeros años, y cómplice de vivencia en los siguientes; logró transmitir a su hermana menor las mismas.-
Es obvio que por las costumbres e intrigas decidió formar con Carlos (¡Hoy esposo!) su propia familia. El con su franqueza y siempre demostrado (¡Excesivo!) cariño fué el elegido.-
Este hecho fue detonante para ampliar sus actividades sociales ya que, entre médicos, escuelas y, fundamentalmente, por su propia actividad comercial (¡Por su independencia!) agregaba continuamente nuevos conocidos.-
Fue esposa fiel y excelente madre, tranformándose en una suegra piola y compinche. ¿Qué más pedir?.-
Seguro por si mismo, su nido era guarida reconocida (¡Necesaria además!) para todos, lo que la obligaba, por su sencillez, a exigir el mismo trato para sus consuegros.-
Nunca lo logró y debió conformarse con esa realidad, donde estos estaban de acuerdo.-
Más tranquilidad porque nadie conjuraba a sus espaldas. Ese acuerdo, entre todos, evitaba dudar de una realidad. Ellos, todos, lo decidieron.-
Pero..¡A cada primavera continúa el otoño!.-
Primero fue una lógica sensación de agradecimiento.-
Maldita (¡O bendita!) duda se instaló en su ¿apacible? transcurrir del tiempo.-
La incertidumbre no perdonó y, autoritariamente, decidió indicar (¡Cón más fuerza cada día!) la verdadera realidad de su presente. Se prometió superarlo todo dejándolo como un vago y estúpido (¿Estúpido?) recuerdo. ¡Estúpida María Noelia!.-
¡Gritó!: - Escatológico sentimiento aléjate de mi. Este hacia sordos a su suplicio y detonaba cada día, con más fuerza, su presencia.-
Si por naturaleza era agnóstica, esta vez rogó a Dios para que desapareciera la cruda sensación de pecado. ¡Quizo confesar y no pudo!.-
Pensó en psicoanalizarse y terminó en otra frustración.-
¡Todo terminó en deshechos!.-
El entorno descubrió (¡Sufrió el cambio!) a pesar de sus imperativas y mentirosas respuestas.-
-: ¡No me pasa nada y sólo son Uds. los que imaginan cambios que no existen!, se justificaba.-
Se autoexcluyó; buscó divertimentos, pasatiempos y muchísimas distracciones: ¡NADA SIRVIO!.-
Prometió que nadie descubriría su verdad (¿Enfermedad?) y en ello puso todo su empeño. ¡No lo logró!.-
Ay la triste vanidad de la soberbia humana que todo cree poder superar. Era ya una torpe barcaza, a la deriva, en la impetuosa tempestad del mar.-
Se exigió más. Con infinito empeño logró dar a entender la supuesta crisis en esa particular etapa de las mujeres. ¡Algo es algo!. Debo reconocer que con este placebo dirigido a los suyos, halló justificada comprensión. Además más íntima propiedad a su secreto que....-
Transcurrió un comprensible tiempo bajo este arco iris de pseuda realidad.-
Pero todo hecho o situación humana es efímera y como tal, por lógica, debe llegar a su final.-
No sería esta una excepción y...¡Así ocurrió!.-
Una nochebuena cuando leyenda para algunos y veracidad para otros, llego el festejo de la resurrección del amor. ¡El desenlace sé produjo!.-
Entre sinceros besos de todos, llegó el del hijo político quien apoyó sus labios en una mejilla y, simultaneamente, acarició con disimulo pero con suavidad y firmeza, por primera vez, uno de sus senos.-
Asombro en ella. Verguenza en el.-
Manifestación instantanea de turgidez y dureza de sus pezones. ¡Temblor compartido pero gustoso de ambos!.-
Un secreto hecho añicos.-
El amor es un juego curioso...¡Sólo pierde quien no se anima a practicarlo!.-
Quien recorra este esqueleto literario, saque sus propias conclusiones y, por si acaso, cualquier parecido con la realidad: ¡TRANSFORMELO EN FICCION!.-

 

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