SOBRE ADICCIÓN Y ESPIRITUALIDAD


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Publicado por
@MAR_3300

10/08/2019#N70246

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ENTREVISTA A MARION WOODMAN SOBRE ADICCIÓN Y ESPIRITUALIDAD

La nota completa en … https://lapalabrachamanica.blogspot.com/2015/02/entrevista-marion-woodman-sobre.html?fbclid=IwAR2f9O16hmdtJebBDFJYjtEllWxcoxadHptG-JWU6OoHebuSsf6Txbk5jBg

 

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Rachel V: ¿Nos podemos liberar de una adicción?

Marion:      En AA, aunque usted lleve muchos años sin beber, se sigue diciendo: “Yo soy un alcohólico”. ¿Cuántas personas conoce usted que volvieron a caer en la trampa después de una bebida o un cigarrillo? El inconsciente es como el océano: la obsesión puede caer profundamente en el fondo del océano, pero una crisis puede recargarse desde abajo. La vida se mueve en ciclos, la conciencia se expande. Cada vez que nos enfrentamos a una nueva verdad acerca de nosotros mismos, parte de nosotros muere y una nueva parte nace. Con el tiempo tenemos que movernos a través de un canal de parto y los canales de parto pueden ser peligrosos. En cualquier experiencia, la gente tiende a repetir su trauma del nacimiento original cada vez que intente salir del vientre cálido que la ha abrazado. Si fueron nacimientos por cesárea pueden temer la confrontación; si fueron partos de nalgas, puede ser que las cosas vayan al revés; y si su madre estaba drogada, tenderán a encontrar algún anestésico (drogas, alcohol, comida) para arrojarlo todo en el inconsciente. Estos puntos de transición en los que estamos llamados a alcanzar una nueva maduración son los puntos en los que la adicción es más propensa a resurgir.
     Cambiar el comportamiento habitual es extremadamente difícil, ya que es el único comportamiento que se conoce y que está conectado con el comportamiento inconsciente de uno o ambos padres. Si usted está convencido de que en algún momento en una relación va a entrar en una emboscada y caer en un agujero negro, entonces eso se convierte en su comportamiento habitual y puede estar seguro de que caerá en esa emboscada. Caerá antes de saber lo que está sucediendo, porque es su reacción inconsciente. Si puede tirar de la conciencia y decir: “No tengo porqué caer en esa trampa”, entonces caminará a un ritmo más cauteloso y así podrá prever el peligro. Con esta conciencia perceptiva constante, creo que es posible llegar al punto de quietud que está libre de la adicción.
     Nuestra cultura no está adaptada para procesar. Se valora la seguridad y el statu quo, y como estamos viviendo bajo la sombra de la guerra nuclear y la aniquilación, tratamos de aferrarnos a lo que podamos, lo que sea que tenga permanencia. El dolor de dejar atrás la vieja vida y enfrentar la nueva, sin ninguna comprensión real de lo que somos, se vuelve insoportable. Algunas culturas tienen ritos de paso que dan sentido y compañía a las personas en proceso de transición. La mayoría de nosotros experimentamos la soledad total. Lo veo en los sueños en los que el soñador llega a un cruce fronterizo en oscuridad total, enfrentado a funcionarios de aduanas fascistas, o tiene que cruzar un estrecho puente que atraviesa un río turbulento. Los adictos tienden a ser solitarios; sus oscuras intuiciones los sacan de sus cuerpos. En un estado de desconexión a tierra, el terror puro los puede conducir de vuelta a la adicción.
     La intuición puede ser una bendición y una maldición. Las personas que son intuitivas nunca están del todo en sus cuerpos. Están confundidas por las posibilidades y son llevadas por ese camino a explorar lo que podría ser. Rara vez están en el presente, nunca llenan sus cuerpos. Sus cuerpos se vuelven vulnerables a todo el dolor en su entorno. A través de la ósmosis, recogen basura inconsciente de otras personas. Cuando la carga es demasiado pesada, se escapan a través de una adicción. (Piense en esta dinámica entre padres e hijos.)     Una vez más, es el problema de la carencia. El alma se esconde en algún lugar del intestino; no está animando al cuerpo entero. Usted lo siente cuando los adictos lo abrazan. Sus hijos lo sienten, y si bien no pueden expresarlo, son perseguidos por el vacío. Sienten que están viviendo una ilusión en la que nada es lo que parece, y la mano izquierda no sabe lo que hace la mano derecha. Papá es encantador; papá es vicioso. Mamá se viste como una modelo; mamá no hace nada.
     Las transiciones son el infierno. Sus personas amadas mueren o se van y él se queda solo. Eso es el infierno, pero también es una oportunidad para crecer. Solos, podemos dialogar con nuestros propios cuerpos, nuestras almas. Su sabiduría es exactamente lo que necesitamos para nuestra propia integridad. Tener muy claro lo que es real y lo que es una ilusión. Quitarse capas de falso orgullo. Hacernos humanos. ¡Qué alivio ser un humano, en lugar de ser el dios o la diosa que mamá y papá proyectaron sobre nosotros!
     Cada infierno quema cada vez más ilusiones. Entramos en el fuego, morimos y renacemos. Para decirlo en términos cristianos, llevamos nuestra propia cruz, estamos crucificados en nuestra propia cruz, y nos morimos y resucitamos en un nuevo nivel de conciencia. Encontramos nuestro equilibrio en ese punto muerto por un tiempo y luego se exige otro período de crecimiento y comienza un nuevo ciclo.
     La adicción, como cualquier enfermedad, puede llevarnos a nuestros cuerpos. La curación viene a través de la realización del alma, el alma que vive en el aquí y el ahora. El cuerpo es. El alma en la materia es lo que yo creo que es el lado femenino de Dios. La agonía de una adicción puede romper el corazón que en toda creación está abierto al amor. Ese es el punto de ruptura que es tan importante – es el filo en donde los adictos tienden a vivir como aniquilación o apocalipsis. Nuestra era tecnológica nos empuja tan rápido que aniquilamos lo que nos está pasando. Pasamos de largo por los momentos del alma. Nos movemos de incidente en incidente sin estar presentes. Una anoréxica en un trance eufórico puede moverse al borde de la muerte literalmente sin ninguna conciencia de lo que está ocurriendo. Si digo:” Mira, te vas a morir”, ella me mira con suave asombro. A menos que un incidente se haga consciente, no sucede en el alma. Tiene que ser pensado, escrito, pintado, bailado, hecho en la música. En otras palabras, debe pasar de ser literal a ser metafórico, si ha de ser asimilado en el florecimiento del alma.
     De eso se trata el análisis. Como analista, me convierto en espejo para reflejar de nuevo al paciente lo que está diciendo, lo que el cuerpo está diciendo, lo que permanece en silencio. Sin un espejo, no podemos vernos a nosotros mismos. Pero uno no necesita un analista para la reflexión. Por ejemplo, llevar un diario puede ser una oportunidad para la reflexión. Los padres que están encerrados en su propia necesidad narcisista no pueden proporcionar un espejo para su hijo, y por lo tanto éste no puede desarrollar una identidad individual. Tome el pequeño incidente de ese muffin. Si no hubiéramos tenido tiempo para reflexionar sobre la necesidad y el amor, y la fe personificada en la compra de este muffin, podríamos haber cometido el asesinato del alma. Tal intercambio tan pequeño parece poco, hasta que usted recuerda los momentos de su propia infancia, cuando esperaba y amaba y daba todo y no recibía nada. Eso es la muerte.
     Sucede una y otra vez con mis analizados. Su dolor es tan profundo que se necesita mucho tiempo para que el sentimiento real emerja. La gente está avergonzada de lo que ellos llaman su infantilismo, pero esos sentimientos bloqueados no pueden madurar si no tienen a nadie con quien interactuar. Mientras estamos decididos a avanzar a nuestro ritmo rápido y lógico, el niño permanece oculto. Los ritmos naturales del cuerpo son lentos. La pequeña ave-alma que se dejó en una caja oscura en la infancia, necesita tiempo y silencio para aprender a confiar de nuevo.
 

La nota ha sido tomada del blog ADEPAC Asociación de Psicología Analítica de Colombia
http://www.adepac.org/

Esta entrevista fue traducida por el analista junguiano Juan Carlos Alonso. Corresponde al capítulo 4 de la obra Conscious Femininity (1993), Toronto, Inner City Books.

Tomado de Rachel V., Family Secrets: Life Stories of Adult Children of Alcoholics (New York: Harper & Row, 1987), pp. 145-158.

 

Comentarios

@AGUSTIN

12/08/2019



 "...La curación viene a través de la realización del alma, el alma que vive en el aquí y el ahora...." cuando en los centros de recuperación de Argentina dicen que la adicción es una enfermedad que no se cura y que del total de pacientes con internaciones sólo el 30% se recupera.

Tampoco "...como estamos viviendo bajo la sombra de la guerra nuclear y la aniquilación, tratamos de aferrarnos a lo que podamos, lo que sea que tenga permanencia...". Seguramente en caso de una catástrofe de esa categoría no estaremos seguros pero no es motivo de preocupación. Creo que la cultura de la inmediatez es lo que no está haciendo perder la dimensión humana de las personas y las cosas.

De todos modos es movilizadora esta nota. ¡Gracias, @MAR_3300, por compartirla!

Agustín  
@MAR_3300

12/08/2019



Gracias. Espero hayas podido leer la nota completa.