TAMBIEN LLORAMOS


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@DANTEX

10/05/2020#N72447

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LOS HOMBRES TAMBIÉN LLORAMOS

Los hombres también lloramos si nos agobia el dolor;
no tan solo por amor, también se llora de rabia;
cuando la persona amada no nos da su comprensión;
y no es buscar compasión, es buscar una palabra.

Si la tristeza aparece en los hombres, ¡Cosa rara!
Se supone que en la cara no se debe reflejar;
Pero, ¿Cómo aguantar si la pena es honda y dura?
¿Si tristeza y amargura, el rostro tiende a mostrar?

Se supone que el llorar es sólo para hombres débiles;
pero si fuertes y estériles son los desiertos que andamos;
es ahí cuando lloramos, donde ya nadie nos mira;
¿No lloramos? ¡Es mentira! Sólo que lo ocultamos.

Por eso ahogamos el llanto y evitamos los lamentos;
escondiendo el sufrimiento detrás de risa y cariño;
si estamos tristes, reímos, demostramos alegría;
y así, ¿Quién poder sabría, que lloramos como niños?

Claro que llorar no es malo, al contrario, es muy bueno;
desahogarse es como un freno a las penas que maltratan;
porque los hombres se jactan de ser muy duros por fuera;
y por dentro desesperan ante las penas que matan.

Los hombres también lloramos con muchas lágrimas frías;
cuando ya nada podría darnos la paz y el consuelo;
pues para alcanzar el cielo, necesario es luchar;
y muchas veces llorar y vivir también el duelo.

¿Qué un día te traicionaron? ¿Qué no te toman en cuenta?
¿Qué un día todas las maletas, en la puerta te dejaron?
¿Qué murió alguien amado, qué la situación es cruenta?
¡Pues sufre, llora y lamenta y luego levanta ese ánimo!

Lo malo no es llorar, sino quedarse llorando;
por mucho que estés amando, si perdiste un gran amor;
Llora, suelta ese dolor, que te venia atormentando;
¡Pero ya! ... ¡No es para tanto! Demuestra tu gran valor.

A nuestro amigo Jesús, lo vieron llorar un día;
cuando Marta y Maria, las dos hermanas de Lázaro,
fueron a buscarlo rápido, porque el hombre moría;
¡Pero Él llegó al cuarto día, cuando lo habían enterrado!

¡Oh sorpresa inaudita: Aquel muerto revivió!
Y el llanto se transformó en alegría infinita!
Porque las penas nos quitan la paz por algún momento;
pero nada es eterno, todos los males se alivian.

AUTOR :CARLOS ALBERTO VELAZCO

 

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