Qué te hace diferente?


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@DANTEX

29/03/2021#N75379

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 WONDER. Es una película del 2017. Trata de un niño que nace con una rara deformidad facial; le llevan a cabo múltiples operaciones para mejorar su aspecto, sin embargo, aunque el resultado es satisfactorio, le queda un aspecto que en la sociedad de la imagen perfecta no pasará desapercibida. Sus padres deciden educarle en casa para evitarle sufrimiento. En un momento dado deciden que debe enfrentarse al mundo real y deciden mandarlo a la escuela. Lógicamente en la escuela no pasa inadvertido su aspecto. Es un niño inteligente y con muchas ganas de aprender. Es un niño que va con un casco para que no se le vea su aspecto previamente a ir al colegio. A partir de aquí nos cuenta la adaptación de August en la escuela.





Este tipo de películas deberían ser más necesarias debido a que nos venden que la vida es toda belleza y normalidad. Los patrones de belleza del siglo XXI están haciendo mucho daño en nuestra sociedad. Se ha creado el estereotipo del culto al cuerpo. Debemos cuidarnos por tener salud y bienestar. Lo que no se puede pretender es que todas las personas seamos altas, guapas y con una talla 38 o 40 a lo sumo. La diversidad debe ser lo que abunde. No todas las personas pueden y/o quieren ser delgadas. Después los cánones de belleza son muy subjetivos.



Cuando yo iba al colegio, ya los niños y niñas eran muy crueles, metiéndose con los niños o niñas diferentes. El que tenía unos kilos de más, llevaba gafas, no le gustaba el futbol, tenía una personalidad diferente ya era marcado y estigmatizado por sus compañeros. Esto no ha mejorado porque la sociedad actual todavía ha potenciado mucho más que la imagen es cada vez más importante. La gente se centra más en gustarle a los demás que en aceptarse tal y como es para a partir de ahí buscar su lugar. Así que imaginaros niños con otra, raza, religión, etc. A veces los problemas los crean los adultos; los niños ven a otros niños nada más; al final, estos copian y comentan comportamientos y palabras que oyen en sus casas.



No podemos imaginar lo que puede ser sufrir una deformidad facial. Aunque no podemos negar que el ser humano es capaz de lo mejor pero también de lo peor. August, antes que nada, es niño y quiere encajar. Sus padres ya le han preparado para lo que se podrá encontrar, diciéndole que al final las personas que lo quieran serán las que lo acepten tal y como es. Como teoría, está muy bien, sin embargo, la vida real es más dura de lo que cuentan. Muchos callan, permiten los abusos, miran a otro lado y no quieren problemas. El ser un niño o niña que defiende a los que sufren abusos, mofas o burlas no está de moda. En España hemos avanzado mucho respecto a evitar el acoso en el colegio y/o instituto a las personas que son diferentes. A pesar de ello, queda mucho por hacer. Debe existir tolerancia cero a estas conductas. Muchas veces, los niños hacen lo que ven en sus entornos familiares. Para empezar deberíamos ponernos en el lugar de estas personas que son diferentes. Muchas veces lo más fácil, cómodo y cobarde es darles la espalda, criticarlos, ignorarlos y rechazarlos.





Y no nos damos cuenta que todos caemos en el mismo error. Todos somos “normales”. Pero, ¿qué es lo normal? Para mí lo normal no es lo más extendido en la sociedad. Si nos vamos al ámbito familiar, por ejemplo, existen en la actualidad muchos tipos de familias; cada uno tiene derecho a vivir la vida que quiera, amando a su manera. Si tienes hijos debes dedicar tiempo a inculcar que esa diversidad es buena para tus descendientes. Debemos centrarnos en que lo importante es que sean buenas personas, respetando a los demás. Nadie es más, ni mejor que nadie. Las personas con discapacidad tienen unas capacidades diferentes, pero no dejan de ser personas como todos nosotros. Ciertamente se encuentran con alguna dificultad añadida a las que ya nos encontramos el resto. Es cuestión de facilitarles que puedan desempeñar su trabajo con las adecuaciones necesarias. Y como nos pasa a los supuestos “normales” cada uno puede hacer lo que puede hacer… pero nadie es incompetente total.



Tenemos que inculcar en nuestra sociedad que debemos aceptar a cada personal tal y como sea. Vivimos en una sociedad en la que decimos tener todos los derechos posibles pero curiosamente, nos olvidamos enseguida de nuestras obligaciones.



Si nos vamos al ámbito de la inmigración, nos encontramos con mucho rechazo a personas de otros países. Algunas personas dicen que no se debe aceptar más inmigrantes. Y como en todo, no existe un blanco o un negro, sino que nos tenemos que quedar con la infinidad de grises. Como en todos los campos, la entrada de personas debe estar sujetas a una regulación, éstos deben tener los mismos derechos y obligaciones que los nacionales del país que les acoge. No es lógico que tengan más derechos y más ayudas que los propios nacionales.



Lo que no podemos olvidar es que en España cuando sufrimos nuestra Guerra Civil y la postguerra, muchos españoles tuvieron que emigrar a otros países para lograr un futuro (mejor o peor, eso ya lo dejo a cada uno). Si nuestro país no tuviese oportunidades, tuviese un conflicto o nuestra vida corriese peligro, también nos iríamos. Venezuela y Siria hace 25 años eran países prósperos aunque parezca mentira. Es más, muchas personas que han tenido que marcharse de sus países, tienen perfiles cualificados. Recientemente, con la crisis económica del 2008 en España, muchos jóvenes españoles tuvieron que irse a otros países a buscar oportunidades laborales que España no les ofrecía. Si España sufriese un conflicto, muchos de nosotros seriamos los primeros en irnos. Así que antes de juzgar lo que otros tienen que hacer, vamos a ponernos en su lugar. Muchas de estas personas ponen en riesgo su vida para salir de sus lugares de origen.





Lo que WONDER me hace recordar es que el ser humano rechaza, huye y se aleja de lo que considera diferente. Debemos dar oportunidad a todo el mundo, antes que nada, son personas con sus cosas buenas y con sus cosas a mejorar.



No hay que olvidar que el físico es una carcasa que con el tiempo se marchita, lo que queda para siempre es como seamos por dentro y como nos proyectamos hace los demás. Si realmente está en tu mano ayudar a otras personas, practica el ayudarles. Muchas veces cuesta poco. Lógicamente no cambiarás el mundo, pero sí el mundo de esa persona.



Cuesta menos ser amable que desagradable; antes de juzgar a los demás, da la oportunidad a cada persona, que te demuestre realmente cómo es. Al final, te quedas con las personas que te tienden la mano; no siempre nos encontraremos con buenas intenciones pero, al final, cada persona queda por lo que es. La clave ser uno mismo, intentar cada día ser la mejor persona posible, ayudar a quién lo pueda precisar, rodearte de personas que te animen a superarte, que te escuchen y que te acepten tal y como eres. En más de una ocasión déjate llevar por tu instinto; a veces no le hacemos caso y suele ser buen compañero de viaje.



No marchitemos la inocencia de los niños, ellos no ven diferencias de ningún tipo si les permitimos vivirlas con normalidad. Somos los adultos los que les marcamos esas etiquetas diferenciadoras. Deja que tu niño viva su infancia y se relacione con otros niños sin importar nada más. Los niños hacen todo más fácil de lo que nosotros nos pensamos. Es más, si tu hijo tiene un comportamiento no adecuado o correcto hacia otros niños debéis ser los primeros en educarles de la forma más justa. Que sea tu hijo no es acicate para que le permitas comportamientos, abusos o comentarios inadecuados. Al final, los hijos copian conductas, comportamientos y palabras. Así que cuidado con lo que les dices, enseñas y comentas a tus hijos.



Cada cual tiene derecho de ser como quiera ser, de hacer lo que le guste y de seguir el camino que quiera. Sobre todo, si eso no perjudica directamente a nadie. Tenemos la mala costumbre de preocuparnos muchas veces más de la vida de otros que de la nuestras. Es muy triste que las diferencias aun sean motivo de burlas, críticas y rechazo. Debemos dejar de alimentar esto. Cuando te llega algo nocivo de otro, está en tu mano cortarlo ahí, no darle veracidad y dejarlo morir.





Debemos de recuperar valores como el respeto y la educación que se han perdido. Que otros sean diferentes a ti no te da derecho a meterte con ellos por eso. Muchas veces se critica lo que no se comprende o acepta. Tenemos que potenciar que la ilusión, curiosidad y ganas de comerse el mundo de los niños no se apaguen por culpa de una sociedad encorsetada que les dice por dónde deben transitar. Tenemos que seguir educando y concienciando a nuestra sociedad.



 





 




 

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