Cuando no te aman...


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Publicado por
@ANGELDELCORAZON

29/05/2023#N82566

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Cuando no te aman, pero tampoco te dejan ir

 

Estar en una relación donde no te quieren, pero tampoco te dejan ir desgasta hasta el límite. Aquí te contamos cómo proceder.

 

El amor siempre nos plantea encrucijadas, aunque muchas de ellas sean felices laberintos. Sin embargo, a veces esas confusiones no son tan gratificantes. Por ejemplo, cuando estás frente a una de esas personas que no te aman, pero tampoco te dejan ir.

Por un lado, sientes que esa persona no está realmente interesada en ti. No permanece al tanto de tus necesidades, ni hace mayor esfuerzo por hacerte feliz. Sin embargo, por otro lado, cuando se llena la copa y anuncias tu intención de terminar la relación, salta inmediatamente y te hace cientos de promesas porque asegura que no quiere perderte.

Este tira y afloja es desconcertante. A veces llegas a pensar que quizás quien está confundido eres tú. Pese a ello, vuelves rápidamente a ver señales de que no te aman. Y el ciclo comienza de nuevo. ¿Qué hacer ante esta situación tan angustiante?

«Donde no puedas amar, pasa de largo»

-Friedrich Nietzsche-

¿Cómo saber que no te aman?

El amor siempre genera alguna dosis de sufrimiento. Pero, si es sano, debe generar muchos más momentos de bienestar que de aflicción. También debe estar basado en la claridad, aunque esto no excluya dudas o contradicciones, de vez en cuando. En síntesis, el amor tiene que hacerte básicamente feliz.

 

Partiendo de esa idea, puedes darte cuenta de que no te aman cuando es más la zozobra que la calma. Cuando pasas más tiempo sufriendo las ausencias y las incomprensiones, que disfrutando de tu pareja. Cuando te detienes un momento a reflexionar y te das cuenta de que ya no sabes qué es tener paz interior. Que todo el tiempo sientes huracanes en tu corazón.

 

Cuando no te prestan suficiente atención, no te aman. También cuando pasan por alto, minusvaloran, rechazan o critican tus necesidades y tus sentimientos. Siempre es fácil saber cuándo no te aman. Lo difícil es terminar de aceptarlo y tomar decisiones frente a ello.

¿Por qué no te dejan ir?

Lo que siempre termina desconcertándote es que, a pesar de que no te aman, tampoco el otro se decide a dejarte ir. Eso te confunde. Si amas a esa persona, terminas convenciéndote de que también eres amado, aunque de forma extraña. Prueba de ello es que no admiten que termines la relación. Esto es muy engañoso. Pero, ¿por qué ocurre?

 

Hay varias explicaciones para ello. A continuación tienes las más habituales:

  • Una necesidad egoísta. La otra persona sabe que no te ama, pero también siente que te necesita. Quizás no sabe lidiar con la soledad y no ha encontrado una nueva pareja. Si lo hace, no dudará en terminar contigo.
  • Posesividad y egocentrismo. Muchas personas no toleran la idea de que alguien vaya a ocupar su lugar. Asumen que su pareja es como una posesión que no deben perder. El temor de que vayas a conseguir una nueva pareja y les generes una herida narcisista es lo que no permite que te dejen ir.
  • Falta de madurez. Quizás lo que ocurre simplemente es que la otra persona no tiene idea del significado de amar a los demás. Le gusta que le amen, pero no sabe cómo corresponder.
  • Tu pareja cree que eres muy dependiente de ella. Un estudio publicado en Journal of Personality and Social Psychology encontró que las personas que percibían dependencia emocional en su pareja eran menos propensos a iniciar la ruptura. Por tanto, tu pareja podría estar sintiendo que te va a hacer un daño irreparable y se queda en contra de su voluntad.
  • Tenéis hijos en común. La descendencia suele ser una de las razones que más se exponen para no lanzarse a una separación. No obstante, los hijos suelen ser, en muchos casos, los mayores perjudicados de los problemas de pareja de sus padres, sobre todo si estos se mantienen en el tiempo.

Como vemos, el hecho de que no te dejen ir puede ser tanto por una posición egoísta, como una forma de evitar lastimarte. Sin embargo, quedarse en una relación cuando el amor ya caducó, siempre termina causando más daño que la propia ruptura.

El duelo post-relación

Otro motivo por el que no te aman, pero tampoco te dejan ir, es el miedo al duelo que se produce después de la ruptura. Muchas veces, el malestar latente a una relación disfuncional es más soportable en comparación con la expectativa del intenso dolor de la ruptura.

 

Si, además, existen dinámicas tóxicas entre las 2 personas, estas suelen llevar consigo algún componente de interdependencia.

Las rupturas se viven como verdaderos duelos y en ellas aparece un gradiente de síntomas emocionales y físicos a tomar en cuenta, como relatan estudios sobre el tema. Falta de sueño, cambios bruscos en el peso corporal, anorexia, tristeza intensa o apatía son algunos de ellos.

Por esto, y por todo lo anterior, conviene manejar la ruptura y la toma de decisiones posterior de una manera lo más sana posible. Es fundamental contar con una serie de estrategias de afrontamiento, como sugiere este artículo, para evitar que la ruptura tome un carácter traumático.

 

La aceptación y la búsqueda de apoyo social son dos estrategias reseñadas como predictivas de satisfacción vital tras una ruptura.

 

Superar esta situación

Si estás en una situación como esta, lo aconsejable es que no dejes pasar más tiempo sin poner las cosas en orden. De una relación tan asimétrica no puede salir nada bueno. Todo lo contrario. Lo usual es que los problemas escalen de manera progresiva, generándote muchos malos ratos, además de inseguridades y estancamiento.

Lo primero es analizar la situación y definir si en realidad no te aman. No te dejes llevar por el victimismo. Simplemente, reflexiona y determina si tu pareja realmente se interesa en ti y enriquece tu vida. Si no es así, lo mejor es proponer un diálogo franco. Exponer las razones propias y tratar de entender las razones ajenas. Es posible que la otra persona ni siquiera entienda por qué actúa como lo hace.

Y, por supuesto, si estás aquí porque detectas dinámicas tóxicas o de malos tratos en tu relación, lo mejor es que acudas a un profesional de la psicología (y a las autoridades pertinentes, según el caso). No es malo ni vergonzoso pedir la ayuda de un psicólogo que pueda guiarte a través de un proceso que, muchas veces, no tiene un punto de partida claro.

No te aman ni te dejan ir: conclusiones

Lo que sigue es dejar ir a esa persona. Borrarla de tu vida, empleando para ello todos los mecanismos que tengas a tu alcance. Una relación así no vale la pena. Te daña, te limita y puede terminar hasta enfermándote. Si sientes que es imposible terminar, que no toleras el dolor de hacerlo, es hora de que pidas ayuda.

Esa persona no te ama, pero, si tampoco te deja ir, es porque hay algo que se debe descubrir y resolver. Aunque duela, no lo dudes: siempre es mejor pasar el duelo que vivirlo para siempre.

 

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