Cuando se apaga el bullicio...

Cae la tarde. 25 de diciembre. Se apaga el bullicio de la noche, de voces que se entrecruzan y copas que reiteran el sonido del cristal al chocar al son del grito de "salud".
Ahora el silencio vuelve, copa el espacio. La serenidad y la alegría de haber abrazado a nuestros seres queridos trazan una sonrisa que apenas se esboza en los labios pero que se torna indeleble en algún rincón impreciso del pecho. Entonces uno piensa, indefectiblemente, en cómo fue el camino hasta aquí.
Un año que está convirtiéndose en pasado en minutos...y una puerta que se abre al nuevo, como el bostezo de la mañana, cuando el día por venir es pura esperanza porque no sabemos qué nos deparará.
Dejamos atrás muchísimas dificultades, nos caímos y nos pusimos de pie innumerables veces, conocimos personas extraordinarias que nos iluminaron la vida y otras que nos decepcionaron cuando menos lo esperábamos. Supimos de amores y de guerras injustas y dolorosas...
Lloramos y una vez más reímos hasta dolernos la panza...
VIVIMOS...
Y en este sendero... la posibilidad de encontrarse en "Encontrarse".
Por todo esto...
brindo por los encuentros que fueron posibles, por los desencuentros que nos enseñaron algo (porque siempre, pero siempre, hay aprendizaje). Brindo por los proyectos cumplidos que fueron un montón gracias al esfuerzo conjunto y por los muchos que vendrán y seguramente también. tendrán final feliz.
Gracias por acompañar, a quienes lo hicieron con amorosa lealtad.
Gracias por el estímulo diario.
Gracias por inyectar energía para empezar con garra este 2024. Por todos ustedes, por este sitio que nos ofrece siempre una salida cuando imaginamos que ya están todas obturadas, mi reconocimiento y mi genuino abrazo.

 

---