Si soy un ángel de una sola ala, necesito de la tuya para poder volar. Y en esa búsqueda infinita e inquietante, entre los avatares del trabajo y la casa, pasan los días, y vuelven las noches de soledad. Y comento con mi almohada, mañana va a ser un gran día! Y despierto contenta, ilusionada, de buen humor. Y transcurre la jornada, siempre con optimismo, haciendo las tareas con empeño. Llega la tarde, abro la casilla de mails, y no, ningún mensaje, ni siquiera respuesta a los mensajes que yo mandé. ¡Otra noche para comentar con la almohada!. Y en mis sueños apareces, ángel de una sola ala, y me buscas para poder volar. Pero la mañana trae una realidad distinta. Pero aquí estoy, con el alma y el corazón abiertos, con la esperanza a flor de piel, y con mi ala deseando emprender el vuelo.