De vinos, placeres y discriminaciones...


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Publicado por
@INDIANO07

02/05/2006#N9486

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La Discriminación Subsistente

La batalla contra la discriminación aun no ha cesado. Porque si bien es cierto que se han alcanzado avances en materias que tienen que ver con las razas, el color, la religión, la discapacidad y el sexo, que esta mal visto que se rechace a un postulante porque sea gordo o petiso, que se exija que en las tiendas haya prendas de todos los talles o que se considere un energúmeno al que, aún hoy, se asoma a la ventanilla de su vehiculo y manda a lavar los platos a toda mujer que ve manejando, es preciso admitir que aún restan resabios odiosos de segregación, fundados en pautas culturales que vienen de años y de siglos.
Cuando a la mesa de un restaurante se sientan hombres y mujeres o, más notorio aún, cuando hay un solo varón entre varias féminas, el mozo que se acerca con la botella de vino recién descorchada no dirigirá su intención de hacerlo probar a ninguna de las chicas. Invariablemente, aunque se trate de un solo tipo entre diez del sexo opuesto, elegirá éste para que se haga cargo de esa ceremonia iniciática a fin de que dé su dictamen de conocedor infalible. Lo que encierra el horroroso preconcepto de que el único que sabe algo en materia tan exquisita es el varón y que las mujeres no solo saben poco o nada, sino que las chicas solo gustan de los caldos dulzones y flojos, no distinguen de celajes y su paladar no es capaz de distinguir los frutos del bosque que emanan de las profundidades de un cabernet, los aromas sutiles que escapan de un malbec ni las iridiscencias voluptuosas que se esconden en el rojo intenso de un tinto proveniente de un terroir excepcional.
Lo que no sabe el tipo, lo mismo encarnado en el mozo que busca la copa del comensal varón para que dé su dictamen, como en el fulano que acepta este geste como natural, que se están remitiendo a costumbres salvajes no solo muy anteriores a la electricidad o el tranvía a caballo, sino previas aún a cuando se condenaba a los cristianos a servir de pasto a los leones en las arenas del circo.
Porque los romanos no eran ningunos improvisados en materia de vinos y hasta eran bastante mas sutiles que los griegos, que no sólo bebían más sutiles que los griegos, que no solo lo bebían mezclado con agua(¡hasta de mar!), sino que lo misturaban también con bayas de mirto, miel y tomillo. Aparte de ser los responsables del “retsina”, que tiene gusto a una resina extraída de ciertas piñas de la región, de lo que resulta una combinación no demasiado feliz. No obstante “bibo more greco” (beber a la griega), era lo mismo, para el mundo antiguo que decir beber a lo bestia. (No obstante lo cual y como señal de respeto a los padres de la filosofía y del teatro, cabe destacar que, como lo marca nada menos que Hipócrates, los griegos también tenían bien establecido el uso medicinal de los vinos, distinguiendo entre los laxantes, los que producen gases, los diuréticos y los que refrescan, adelgazan y ¡humedecen!).
Los descendientes de Rómulo y Remo aprovecharon sin duda la experiencia griega pero no incurrieron en los mismos errores. Así fue como supieron de varios celajes celebres en la antigüedad, como el Cécubo, el Palermo, y el Mamertito, aunque debe perdonárseles que también se les diera por perfumarlos (por ejemplo con pétalos de rosa) o por agregarles ciertos conservantes para que no se picaran.
Sin embargo no fue ese su peor pecado. Civilizaciones antiquísimas, como la egipcia, la china, la india, la Armenia, se sabe que cultivaban la vid y le daban generosamente al vino, pero no que discriminaran severamente contra las mujeres, impidiéndoles beberlo, aunque un indicio de esa fea costumbre pueda remitir a Persia, donde se lo consideraba como un símbolo de la virilidad y también del poder. En cambio en Egipto podían beber como marineros, que no por ello perdían su derecho a la momificación.
También es factible que en la antigüedad se tratara de que la mujer no bebiera o lo hiciera muy moderadamente, porque ayer, como hoy, es muy desagradable ver a una muchacha pasada de copas. Pero en este caso su cuidado iba mucho mas allá de lo razonable y sirvió además, para sentar las bases de esta discriminación que aun perdura. Porque las mujeres griegas no eran objeto de ninguna restricción a la hora de mandarse un caldo proveniente de Tesalia o de la isla de Lesbos; en cambio los romanos debían resignarse (al menos públicamente) a beber el pasum, que era una bebida casi sin alcohol. Su venganza, según lo ha registrado la historia de las costumbres de aquellas lejanas épocas, era hacer beber a sus compañeros hasta que rodaran bajo las mesas, para lo que los incitaban a repetir los tragos invitándolos a brindar por su apelativo principal y luego por cada una de sus letras.
Pero por más que han pasado más de de dos mil años de aquellas condenables costumbres romanas, es indudable que algo de ellas ha llegado hasta el dia de hoy, en esa costumbre de invitar exclusivamente a los varones presentes en la mesa, a degustar el vino recién abierto, en abierta discriminación contra las muchachas. Cuando hay notorias evidencias de que no sólo ya tienen un lugar entre los enólogos mas célebres, sino que en familia o en el restaurante, a la hora de calificar un varietal o de descubrir los sabores escondidos en un caldo de guarda, no están a la zaga de ningún fulano por más presumido que luzca. Y que tampoco lo están a la hora de discurrir por las vinoteras de los súper, eligiendo este Merlot o aquel Syrah, fundadas en sus profundos saberes sobre el tema.
En consecuencia no basta para probar que el mundo ha alcanzado un grado mayor de civilización, rechazando la discriminación contra las minorías o los distintos. Que el mozo, cuando se acerque a la mesa enarbolando una botella recién descorchada, deposite el primer liquido, el de la ceremonia inicial de toda buena comida, en la copa de una dama. Y si es joven y pechugona, mejor

Por Daniel Della Costa
www.vinosyco.com.ar

 

Comentarios

@OJOSVERDES

03/05/2006

mire que interesante.... (pero ver pasada de copas a una mujer, es tan desagradable como ver a un hombre en la misma situacion) buen raconto...  
@OJOSVERDES

03/05/2006

hasgra, de eso estoy bien segura, si no se llamara hasgra, yo le diria templanza....:) don juanchi, tiene usted razon, como suele pasar :) firmado la ojos conciliadora  
@OJOSVERDES

03/05/2006

las cosas no pasan porque si,,, hay que saber prestar atencion. si le viene como anillo al dedo, es que tenia que decir justo eso :)  
@OJOSVERDES

03/05/2006

es verdad.... :)  
@MABE

03/05/2006

¡Qué artículo interesante! La mayoría de las costumbres de etiqueta tiene su origen en las consideradas "conductas correctas" de otros imperativos culturales. Muchas, cuando se conservan en el tiempo, pierden su marco de referencia y terminan siendo o simpáticas excentricidades o molestias. De cualquier manera...el "picado" mejor que lo pruebe otro. Besos  
@MABE

03/05/2006

¡Usted me entendió Agustín! ¡Una ha pasado por tantos bodegones que, que le dieran a probar el vino al caballero para ver que no estuviera picado, era todo un lujo!!!!! ¡Dura la vida del artista! Besos  
@OJOSVERDES

03/05/2006

de solo leerlos ya estoy tomada...  
@OJOSVERDES

03/05/2006

calumnias!!!! io no bebo... juaaaaaaaaaaaaaaaa  
@OJOSVERDES

03/05/2006

soy descolgada natural...  
@MARINA

22/10/2006

Acuerdo con Latina, interesante el artículo pero él mismo finaliza discriminando!!!  
@MARINA

22/10/2006

En el caso de que solo sean mujeres el protocolo indica que lo prueba la de mayor edad o la que paga la cuenta (otra discriminación!!!) Me quedé pensando en que es conflictivo..........y si todas tienen la misma edad???? y si son de edades distintas y no quiere hacer notar que es la mayor????? y si la que paga no toma vino????????? Mejor me voy a tomar sol!!!  
@MARINA

23/10/2006

Yo mejor me tomo una coca light!!!!  

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