PARA LAS LEJANAS........... MARIA Y GRACIELA,(dulcedeleche)
Publicado por
@DULCEDELECHE54
Coplas del payador perseguido
Letra y Música de Atahualpa Yupanqui
Con permiso via adentrar
aunque no soy convidao,
pero en mi pago, un asao
no es de naides y es de todos.
Yo via cantar a mi modo
después que haiga churrasquiao.
No tengo Dios pa pedir
cuartiada en esta ocasión,
ni puedo pedir perdón
si entuavÃa no hei faltao;
veré cuando haiga acabao;
pero ésa es otra cuestión.
Yo sé que muchos dirán
que peco de atrevimiento
si largo mi pensamiento
pal rumbo que ya elegÃ,
pero siempre hei sido ansi;
galopiador contra el viento.
Eso lo llevo en la sangre
dende mi tatarabuelo.
Gente de pata en el suelo
fueron mis antepasaos;
criollos de cuatro provincias
y con indios misturaos.
Mi agüelo fue carretero,
mi tata fue domador;
nunca se buscó dotor
pues se curaban con yuyos,
o escuchando los murmullos
de un estilo de mi flor.
Como buen rancho paisano
nunca faltó una encordada,
de ésas que parecen nada
pero que son sonadoras.
Según el canto y la hora
quedaba el alma sobada.
Mi tata era sabedor
por lo mucho que ha rodao.
Y después que habÃa cantao
destemplaba cuarta y prima,
y le echaba un poncho encima
"pa que no hable demasiado..."
La sangre tiene razones
que hacen engordar las venas.
Pena sobre pena y pena
hacen que uno pegue el grito.
La arena es un puñadito
pero hay montañas de arena
No sé si mi canto es lindo
o si saldrá medio triste;
nunca fui zorzal, ni existe
plumaje más ordinario.
Yo soy pájaro corsario
que no conoce alpiste.
Vuelo porque no me arrastro,
que el arrastrarse es la ruina;
anido en árbol de espina
lo mesmo que en cordilleras
sin escuchar las zonceras
del que vuela a lo gallina.
No me arrimo asà nomás
a los jardines floridos.
Sin querer vivo alvertido
pa' no pisar el palito.
Hay pájaros que solitos
se entrampan por presumidos.
Aunque mucho he padecido
no me engrilla la prudencia.
Es una falsa experiencia
vivir temblándole a todo.
Cada cual tiene su modo;
la rebelión es mi cencia.
Pobre nacà y pobre vivo
por eso soy delicao.
Estoy con los de mi lao
cinchando tuitos parejos
pa' hacer nuevo lo que es viejo
y verlo al mundo cambiao.
Yo soy de los del montón,
no soy flor de invernadero.
Soy como el trébol pampero,
crezco sin hacer barullo.
Me apreto contra los yuyos
y asà lo aguanto al pampero.
Acostumbrao a las sierras
yo nunca me sé marear,
y si me siento alabar
me voy yendo despacito.
Pero aquel que es compadrito
paga pa' hacerse nombrar.
Si alguien me dice señor,
agradezco el homenaje;
mas, soy gaucho entre gauchaje
y soy nada entre los sabios.
Y son pa' mi los agravios
que le hagan al paisanaje.
La vanidá es yuyo malo
que envenena toda la huerta.
Es preciso estar alerta
manejando el azadón,
pero no falta el varón
que la riegue hasta en su puerta.
El trabajo es cosa buena,
es lo mejor da la vida;
pero la vida es perdida
trabajando en campo ajeno.
Unos trabajan de trueno
y es para otros la llovida.
Trabajé en una cantera
de piedritas de afilar.
Cuarenta sabÃan pagar
por cada piedra polida,
y era a seis pesos vendida
en eso del negociar.
Apenas el sol salÃa
ya estaba a los martillazos,
y entre dos a los abrazos
con los tamaños piegrones,
y por esos moldejones
las manos hechas pedazos.
Otra vez fui panadero
y hachero en un quebrachal;
he cargao bloques de sal
y también he pelao cañas,
y un puñado de otras hazañas
pa' mi bien o pa' mi mal.
Buscando de desasnarme
fui pinche de escribanÃa;
la letra chiquita hacÃa
pa' no malgastar sellao,
y era también apretao
el sueldo que recibÃa.
Cansao de tantas miserias
me largué pal Tucumán.
Lapacho, aliso, arrayán,
y hacha con los algarrobos.
¡Por dos cincuenta! Era robo
pa' que uno tenga ese afán.
Sin estar fijo en un lao
a toda labor le hacÃa,
y ansà sucedió que un dÃa
que andaba de benteveo
me topé con un arreo
que dende Salta venÃa.
Me picó ganas de andar
y apalabré al capataz,
y ansÃ, de golpe nomás
el hombre me preguntó:
¿Tiene mula? Cómo no
le dije . Y hambre, de más.
A la semana de aquello
repechaba cordilleras,
faldas, cuestas y laderas
siempre pal lao del poniente,
bebiendo agua de virtiente
y aguantando las soleras.
Tal vez otro habrá rodao
tanto como he rodao yo,
y le juro, creameló,
que he visto tanta pobreza,
que yo pensé con tristeza:
Dios por aquà no pasó.
Se nos despeñó una vaca
causa de la cerrazón,
y nos pilló la oración
cueriando y haciendo asao;
dende ese dÃa, cuñao
se me gastó mi facón.
Me sacudà las escarchas
cuando bajé de los Andes,
y anduve en estancias grandes
cuidando unos parejeros;
trompeta, tapa y sombrero,
pero pa' los peones, de ande.
La peonada, al descampao,
el patrón, en Güenos Aires.
Nosotros, el cuello al aire
con las caronas mojadas,
y la hacienda de invernada
más relumbrosa que un fraile.
El estanciero tenÃa
también sus cañaverales,
y en los tiempos otoñales
juntábamos los andrajos,
y no Ãbamos p'abajo
dejando los pedregales.
Allà nos amontonaban
en lote con otros criollos,
cada cual buscaba un hoyo
ande quinchar su guarida,
y pasábamos la vida
rigoriaos y sin apoyo.
Faltar, no faltaba nada:
vino, café y alpargatas.
Si habré revoliao las patas
en gatos y chacareras.
Recién la cosa era fiera
al ir a cobrar las latas.
¡Qué vida más despareja!
Todo es ruindad y patraña;
Pelar caña es hazaña
del que nació pal rigor.
Allà habÃa un solo dulzor
y estaba adentro e'la caña.
Era un consuelo pal pobre
andar jediendo a vinacho.
Hombres grandes y muchachos
como malditos en vida,
esclavos de la bebida
se lo pasaban borrachos.
¡Tristes domingos del surco
los que yo he visto y vivido!
Desparramaos y dormidos
en la arena amanecÃan,
a lo mejor soñarÃan
con la muerte o el olvido...
Riojanos y santiagüeños,
salteños y tucumanos,
con el machete en la mano
volteaban cañas maduras,
pasando sus amarguras
y aguantando como hermanos.
¡Rancho techao con maloja,
vivienda del peleador!
En medio de ese rigor
no faltaba una vihuela,
con que el pobre se consuela
cantando coplas de amor.
Yo también, que desde chango
unido al canto crecÃ,
más de un barato pedÃ
y pa'los piones cantaba.
¡Lo que a ellos les pasaba
también me pasaba a mÃ!
Cuando yo aprendà a cantar
armaba con pocos rollos.
Y en la orilla de un arroyo
bajo las ramas de un sauce,
crecà mirando en el cauce
mis sueños de pobre criollo.
Cuando sentà una alegrÃa;
cuando el dolor me golpió;
cuando una duda mordió
mi corazón de paisano,
desde el fondo de los llanos
vino un canto y me curó...
En esos tiempos pasaban
cosas que ya no pasan.
Cada cual tenÃa un cantar
o copla de anochecida.
Formas de curar la herida
que sangra en el trajinar.
Algunos cantaban bien.
Otros, pobres, más o menos...
Mas no eran cantos ajenos,
aunque marca no tenÃan.
Y todos se entretenÃan
guitarreando hasta el desvelo.
Por ahà se allegaba un maistro,
de esos puebleros letraos;
juntaba tropa y versiaos
que iban después a un libraco,
y el hombre forraba el saco
con lo que otros han pensao.
Los peones formaban versos
con sus antiguos dolores.
Después vienen los señores
con un cuaderno en la mano,
copian el canto paisano
y presumen de escritores.
El criollo cuida su flete,
su guitarra y su mujer;
siente que enfrenta un deber
cada vez que da la mano;
y aunque pa'todo es baquiano
sólo el canto ha de perder.
¡Coplas que lo acompañaron
en las quebradas desiertas,
aromas de flores muertas
y de patriadas vividas,
fueron la luz encendida
para sus noches despiertas!...
Se aflije si se le pierde
un bozal, un maneador,
pero no siente furor
si al escucharle una trova,
viene un pueblero y le roba
su mejor canto de amor.
De seguro, si uno piensa,
le halla el nudo a la madeja,
porque la copla más vieja,
como la raÃz de la vida,
tiene el alma por guarida,
que es ande anidan las quejas.
Por eso el hombre al cantar
con emoción verdadera,
echa su pena p'ajuera
pa que la lleven los vientos,
y ansÃ, siquiera un momento
se alivia su embichadera.
No es que no ame a su trova
ni que desprecie su canto.
Es como cuando un quebranto
en la noche de los llanos
hace aflojar al paisano
y el viento le lleva el llanto.
En asuntos del cantar,
la vida nos va enseñando
que sólo se va volando
la copla que es livianita.
Siempre caza palomitas
cualquiera que anda cazando...
Pero si el canto es protesta
contra la ley del patrón,
se arrastra de peón a peón
en un profundo murmuyo,
y marcha al ras de los yuyos
como chasque en un malón.
Se pueden perder mil trovas
ande se canten quereres,
versos de dichas, placeres,
carreras y diversiones;
suspiros de corazones
y lÃricos padeceres.
Pero si la copla cuenta
del paisanaje la historia,
ande el peón vueltea la noria
de las miserias sufridas,
ésa, se queda prendida
como abrojo en la memoria!
Lo que nos hizo dichosos
tal vez se pueda olvidar;
los años en su pasar
mudarán los pensamientos.
Pero angustias y tormentos
son marcas que han de durar...
Estas cosas que yo pienso
no salen por ocurrencia.
Para formar mi esperencia
yo masco antes de tragar.
Ha sido largo el rodar
de ande saqué la alvertencia.
Si uno pulsa la guitarra
pa cantar coplas de amor,
de potros, de domador,
de la sierra y las estrellas,
dicen : ¡Qué cosa más bella!
¡Si canta que es un primor!
Pero si uno, como Fierro,
por ahÃi se larga opinando,
el pobre se va acercando
con las orejas alertas,
y el rico vicha la puerta
y se aleja reculando.
Debe trazar bien su melga
quien se tenga por cantor,
porque sólo el impostor
se acomoda en toda huella.
Que elija una sola estrella
quien quiera ser sembrador...
En el trance de elegir
que mire el hombre p'adentro,
ande se hacen los encuentros
de pensares y sentires.
Después que tire ande tire,
con la concencia por centro.
Hay diferentes montones,
unos grandes, y otros chicos.
Si va pal montón del rico
el pobre que piensa poco,
detrás de los equivocos
se vienen los perjudicos.
Yo vengo de muy abajo,
y muy arriba no estoy.
Al pobre mi canto doy
y asà lo paso contento,
porque estoy en mi elemento
y ahà valgo por lo que soy.
Si alguna vuelta he cantao
ante panzudos patrones,
he picaneao las razones
profundas del pobrerÃo.
Yo no traiciono a los mÃos
por palmas ni patacones.
Aunque canto en todo rumbo
tengo un rumbo preferido.
Siempre canté estremecido
las penas del paisanaje,
la explotación y el ultraje
de mis hermanos queridos.
Pa que cambiaran las cosas
busqué rumbo y me perdÃ;
al tiempo, cuenta me dÃ
y agarré por buen camino.
¡Antes que nada, argentino;
y a mi bandera seguÃ...!
Yo soy del norte y del sur,
del llano y del litoral;
y naide lo tome a mal
si hay mil gramos en el kilo.
Ande quiera estoy tranquillo
pero ensillao, soy bagual.
El cantor debe ser libre
pa desarrollar su cencia.
Sin buscar la convenencia
ni alistarse con padrinos.
De esos oscuros caminos
yo ya tengo la experiencia.
Yo canto, por ser antiguos
cantos que ya son eternos;
y hasta parecen modernos
por lo que en ellos vichamos.
Con el canto nos tapamos
para entibiar los inviernos...
Y no canto a los tiranos
ni por orden del patrón.
El pillo y el trapalón
que se arreglen por su lado
con payadores comprados
y cantores de salón.
Por la fuerza de mi canto
conozco celda y penal.
Con fiereza sin igual
más de una vez fui golpiao,
y al calabozo tirao
como tarro al basural.
Se puede matar a un hombre.
Pueden su rostro manchar,
su guitarra chamuscar.
¡Pero el ideal de la vida,
esa es leñita prendida
que naide ha de apagar!
Los malos se van alzando
todo lo que hallan por ahÃ;
como granitos de maÃz
siembran los peores ejemplos,
y se viene bajo el templo
de la decencia del paÃs.
Detrás del ruido del oro
van los maulas como hacienda;
no hay flojo que no se venda
por una sucia moneda;
mas, siempre en mi tierra queda
gauchaje que la defienda.
Cantor que cante a los pobres
ni muerto se ha de callar.
Pues ande vaya a parar
el canto de ese cristiano,
no ha de faltar el paisano
que lo haga resucitar.
El estanciero presume
de gauchismo y arrogancia.
El cree que es extravagancia
que su peón viva mejor.
Mas, no sabe ese señor
que por su peón tiene estancia.
Aquel que tenga sus reales
hace muy bien en cuidarlos;
pero si quiere aumentarlos
que a la ley no se haga el sordo.
Que en todo puchero gordo
los choclos se vuelven marlos.
Una vuelta, sin trabajo,
andaba por Tucumán,
y en una fonda, ande van
cantores de madrugada,
me acerqué pa la payada
que siempre ha sido mi afán.
Aunque extrañando la monta
me le apilé a un instrumento.
Y al cabo de algún momento
le di puerta a una baguala,
con una coplita rala
de esas que llevan los vientos.
Tal vez fuera la guitarra.
¡Tan lindo como sonaba!
Mi corazón remontaba
tristezas de los caminos,
y lo maldije al destino
que tantas penas me daba.
Un hombre se me acercó
y me dijo : ¿Qué hace acá?
Viaje pa la gran ciudad
que allà lo van a entender;
áhi tendrá fama, placer
y plata pa regalar.
¡Para qué lo habré escuchao!
¡Si era la voz del mandinga!
Buenos Aires, ciudá gringa,
me tuvo muy apretao.
Tuitos se me hacÃan a un lao
como cuerpo a la jeringa.
Y eso que no vine pobre
pues traiba alpargatas nuevas.
Las viejas pa cuando llueva
en la alforja las metÃ;
un pantalón color gris
y un saco tirando a leva.
Saltando de radio en radio
anduve, figuresé.
Cuatro meses me pasé
en partidas malogradas;
naide aseguraba nada,
y sin plata me quedé.
Vendà mis lindas alforjas.
Mi guitarra, ¡la vendi!
En mi pobreza, ay de mÃ,
me hubiera gustao guardala.
¡Tanto me ha costao comprarla
Pero, en fin todo perdÃ!
¡Vihuela, dónde andarás,
qué manos te están tocando.
Noches enteras pensando
siquiera como consuelo,
que sea un canto de este suelo
lo que te están arrancando...!
Cuando el máiz está en barbecho
luce un color brillantón;
las hebras, como un nailón
presumen con sus lindezas.
Pero agachan la cabeza
si las agarra el carbón.
Igual me pasaba a mÃ
en aquellos tiempos idos;
joven, fuerte, presumido,
y cuando se acabó el queso,
volvà en un triste regreso
poblada l'alma de olvidos.
Cosas de la juventud...
¡Malhaya, dónde andarás!
Aura que estoy bataraz
de tanto cambiar el pelo,
recuerdo aquellos develos
pero no miro p'atras.
Me volvà pal Tucumán
nuevamente a padecer.
Y en eso de andar y ver
se pasarán muchos años
entre penas, desengaños,
esperanzas y placer.
Mas, no jué tiempo perdido,
asegún lo và después.
Porque supe bien como es
la vida de los paisanos.
De todos me sentà hermano,
del derecho y del revés.
Siempre recuerdo los tiempos
en que guapiando pasé,
los cerros que atravesé
buscando lo que no hallaba,
y hasta a veces me quedaba
por esos campos de a pie.
La vida me fué enseñando
lo que vale una guitarra;
por ella anduve en las farras
tal vez hecho un estropÃcio,
y casi me agarra el vicio
con sus invisibles garras.
Menos mal que llevo adentro
lo que la tierra me dio.
Patria, raza o que sé yo,
pero que me iba salvando,
y asÃ, seguà caminando
por los caminos de Dios.
Pero como en la payada
bien llamada contrapunto
no acaba en esto el asunto
sino que debe seguir,
algo mas debo decir
en la cuestión de los puntos.
Yo no consegui aclarar,
y no me explico el motivo,
tres puntos consecutivos
que algunos suelen usar.
¿Alguien me puede explicar
estos puntos suspensivos?
QUE LUJO UNA PAYADA DE DON ATA!!!!!!!!!!!
CON CARIÑO
SUSANA
Letra y Música de Atahualpa Yupanqui
Con permiso via adentrar
aunque no soy convidao,
pero en mi pago, un asao
no es de naides y es de todos.
Yo via cantar a mi modo
después que haiga churrasquiao.
No tengo Dios pa pedir
cuartiada en esta ocasión,
ni puedo pedir perdón
si entuavÃa no hei faltao;
veré cuando haiga acabao;
pero ésa es otra cuestión.
Yo sé que muchos dirán
que peco de atrevimiento
si largo mi pensamiento
pal rumbo que ya elegÃ,
pero siempre hei sido ansi;
galopiador contra el viento.
Eso lo llevo en la sangre
dende mi tatarabuelo.
Gente de pata en el suelo
fueron mis antepasaos;
criollos de cuatro provincias
y con indios misturaos.
Mi agüelo fue carretero,
mi tata fue domador;
nunca se buscó dotor
pues se curaban con yuyos,
o escuchando los murmullos
de un estilo de mi flor.
Como buen rancho paisano
nunca faltó una encordada,
de ésas que parecen nada
pero que son sonadoras.
Según el canto y la hora
quedaba el alma sobada.
Mi tata era sabedor
por lo mucho que ha rodao.
Y después que habÃa cantao
destemplaba cuarta y prima,
y le echaba un poncho encima
"pa que no hable demasiado..."
La sangre tiene razones
que hacen engordar las venas.
Pena sobre pena y pena
hacen que uno pegue el grito.
La arena es un puñadito
pero hay montañas de arena
No sé si mi canto es lindo
o si saldrá medio triste;
nunca fui zorzal, ni existe
plumaje más ordinario.
Yo soy pájaro corsario
que no conoce alpiste.
Vuelo porque no me arrastro,
que el arrastrarse es la ruina;
anido en árbol de espina
lo mesmo que en cordilleras
sin escuchar las zonceras
del que vuela a lo gallina.
No me arrimo asà nomás
a los jardines floridos.
Sin querer vivo alvertido
pa' no pisar el palito.
Hay pájaros que solitos
se entrampan por presumidos.
Aunque mucho he padecido
no me engrilla la prudencia.
Es una falsa experiencia
vivir temblándole a todo.
Cada cual tiene su modo;
la rebelión es mi cencia.
Pobre nacà y pobre vivo
por eso soy delicao.
Estoy con los de mi lao
cinchando tuitos parejos
pa' hacer nuevo lo que es viejo
y verlo al mundo cambiao.
Yo soy de los del montón,
no soy flor de invernadero.
Soy como el trébol pampero,
crezco sin hacer barullo.
Me apreto contra los yuyos
y asà lo aguanto al pampero.
Acostumbrao a las sierras
yo nunca me sé marear,
y si me siento alabar
me voy yendo despacito.
Pero aquel que es compadrito
paga pa' hacerse nombrar.
Si alguien me dice señor,
agradezco el homenaje;
mas, soy gaucho entre gauchaje
y soy nada entre los sabios.
Y son pa' mi los agravios
que le hagan al paisanaje.
La vanidá es yuyo malo
que envenena toda la huerta.
Es preciso estar alerta
manejando el azadón,
pero no falta el varón
que la riegue hasta en su puerta.
El trabajo es cosa buena,
es lo mejor da la vida;
pero la vida es perdida
trabajando en campo ajeno.
Unos trabajan de trueno
y es para otros la llovida.
Trabajé en una cantera
de piedritas de afilar.
Cuarenta sabÃan pagar
por cada piedra polida,
y era a seis pesos vendida
en eso del negociar.
Apenas el sol salÃa
ya estaba a los martillazos,
y entre dos a los abrazos
con los tamaños piegrones,
y por esos moldejones
las manos hechas pedazos.
Otra vez fui panadero
y hachero en un quebrachal;
he cargao bloques de sal
y también he pelao cañas,
y un puñado de otras hazañas
pa' mi bien o pa' mi mal.
Buscando de desasnarme
fui pinche de escribanÃa;
la letra chiquita hacÃa
pa' no malgastar sellao,
y era también apretao
el sueldo que recibÃa.
Cansao de tantas miserias
me largué pal Tucumán.
Lapacho, aliso, arrayán,
y hacha con los algarrobos.
¡Por dos cincuenta! Era robo
pa' que uno tenga ese afán.
Sin estar fijo en un lao
a toda labor le hacÃa,
y ansà sucedió que un dÃa
que andaba de benteveo
me topé con un arreo
que dende Salta venÃa.
Me picó ganas de andar
y apalabré al capataz,
y ansÃ, de golpe nomás
el hombre me preguntó:
¿Tiene mula? Cómo no
le dije . Y hambre, de más.
A la semana de aquello
repechaba cordilleras,
faldas, cuestas y laderas
siempre pal lao del poniente,
bebiendo agua de virtiente
y aguantando las soleras.
Tal vez otro habrá rodao
tanto como he rodao yo,
y le juro, creameló,
que he visto tanta pobreza,
que yo pensé con tristeza:
Dios por aquà no pasó.
Se nos despeñó una vaca
causa de la cerrazón,
y nos pilló la oración
cueriando y haciendo asao;
dende ese dÃa, cuñao
se me gastó mi facón.
Me sacudà las escarchas
cuando bajé de los Andes,
y anduve en estancias grandes
cuidando unos parejeros;
trompeta, tapa y sombrero,
pero pa' los peones, de ande.
La peonada, al descampao,
el patrón, en Güenos Aires.
Nosotros, el cuello al aire
con las caronas mojadas,
y la hacienda de invernada
más relumbrosa que un fraile.
El estanciero tenÃa
también sus cañaverales,
y en los tiempos otoñales
juntábamos los andrajos,
y no Ãbamos p'abajo
dejando los pedregales.
Allà nos amontonaban
en lote con otros criollos,
cada cual buscaba un hoyo
ande quinchar su guarida,
y pasábamos la vida
rigoriaos y sin apoyo.
Faltar, no faltaba nada:
vino, café y alpargatas.
Si habré revoliao las patas
en gatos y chacareras.
Recién la cosa era fiera
al ir a cobrar las latas.
¡Qué vida más despareja!
Todo es ruindad y patraña;
Pelar caña es hazaña
del que nació pal rigor.
Allà habÃa un solo dulzor
y estaba adentro e'la caña.
Era un consuelo pal pobre
andar jediendo a vinacho.
Hombres grandes y muchachos
como malditos en vida,
esclavos de la bebida
se lo pasaban borrachos.
¡Tristes domingos del surco
los que yo he visto y vivido!
Desparramaos y dormidos
en la arena amanecÃan,
a lo mejor soñarÃan
con la muerte o el olvido...
Riojanos y santiagüeños,
salteños y tucumanos,
con el machete en la mano
volteaban cañas maduras,
pasando sus amarguras
y aguantando como hermanos.
¡Rancho techao con maloja,
vivienda del peleador!
En medio de ese rigor
no faltaba una vihuela,
con que el pobre se consuela
cantando coplas de amor.
Yo también, que desde chango
unido al canto crecÃ,
más de un barato pedÃ
y pa'los piones cantaba.
¡Lo que a ellos les pasaba
también me pasaba a mÃ!
Cuando yo aprendà a cantar
armaba con pocos rollos.
Y en la orilla de un arroyo
bajo las ramas de un sauce,
crecà mirando en el cauce
mis sueños de pobre criollo.
Cuando sentà una alegrÃa;
cuando el dolor me golpió;
cuando una duda mordió
mi corazón de paisano,
desde el fondo de los llanos
vino un canto y me curó...
En esos tiempos pasaban
cosas que ya no pasan.
Cada cual tenÃa un cantar
o copla de anochecida.
Formas de curar la herida
que sangra en el trajinar.
Algunos cantaban bien.
Otros, pobres, más o menos...
Mas no eran cantos ajenos,
aunque marca no tenÃan.
Y todos se entretenÃan
guitarreando hasta el desvelo.
Por ahà se allegaba un maistro,
de esos puebleros letraos;
juntaba tropa y versiaos
que iban después a un libraco,
y el hombre forraba el saco
con lo que otros han pensao.
Los peones formaban versos
con sus antiguos dolores.
Después vienen los señores
con un cuaderno en la mano,
copian el canto paisano
y presumen de escritores.
El criollo cuida su flete,
su guitarra y su mujer;
siente que enfrenta un deber
cada vez que da la mano;
y aunque pa'todo es baquiano
sólo el canto ha de perder.
¡Coplas que lo acompañaron
en las quebradas desiertas,
aromas de flores muertas
y de patriadas vividas,
fueron la luz encendida
para sus noches despiertas!...
Se aflije si se le pierde
un bozal, un maneador,
pero no siente furor
si al escucharle una trova,
viene un pueblero y le roba
su mejor canto de amor.
De seguro, si uno piensa,
le halla el nudo a la madeja,
porque la copla más vieja,
como la raÃz de la vida,
tiene el alma por guarida,
que es ande anidan las quejas.
Por eso el hombre al cantar
con emoción verdadera,
echa su pena p'ajuera
pa que la lleven los vientos,
y ansÃ, siquiera un momento
se alivia su embichadera.
No es que no ame a su trova
ni que desprecie su canto.
Es como cuando un quebranto
en la noche de los llanos
hace aflojar al paisano
y el viento le lleva el llanto.
En asuntos del cantar,
la vida nos va enseñando
que sólo se va volando
la copla que es livianita.
Siempre caza palomitas
cualquiera que anda cazando...
Pero si el canto es protesta
contra la ley del patrón,
se arrastra de peón a peón
en un profundo murmuyo,
y marcha al ras de los yuyos
como chasque en un malón.
Se pueden perder mil trovas
ande se canten quereres,
versos de dichas, placeres,
carreras y diversiones;
suspiros de corazones
y lÃricos padeceres.
Pero si la copla cuenta
del paisanaje la historia,
ande el peón vueltea la noria
de las miserias sufridas,
ésa, se queda prendida
como abrojo en la memoria!
Lo que nos hizo dichosos
tal vez se pueda olvidar;
los años en su pasar
mudarán los pensamientos.
Pero angustias y tormentos
son marcas que han de durar...
Estas cosas que yo pienso
no salen por ocurrencia.
Para formar mi esperencia
yo masco antes de tragar.
Ha sido largo el rodar
de ande saqué la alvertencia.
Si uno pulsa la guitarra
pa cantar coplas de amor,
de potros, de domador,
de la sierra y las estrellas,
dicen : ¡Qué cosa más bella!
¡Si canta que es un primor!
Pero si uno, como Fierro,
por ahÃi se larga opinando,
el pobre se va acercando
con las orejas alertas,
y el rico vicha la puerta
y se aleja reculando.
Debe trazar bien su melga
quien se tenga por cantor,
porque sólo el impostor
se acomoda en toda huella.
Que elija una sola estrella
quien quiera ser sembrador...
En el trance de elegir
que mire el hombre p'adentro,
ande se hacen los encuentros
de pensares y sentires.
Después que tire ande tire,
con la concencia por centro.
Hay diferentes montones,
unos grandes, y otros chicos.
Si va pal montón del rico
el pobre que piensa poco,
detrás de los equivocos
se vienen los perjudicos.
Yo vengo de muy abajo,
y muy arriba no estoy.
Al pobre mi canto doy
y asà lo paso contento,
porque estoy en mi elemento
y ahà valgo por lo que soy.
Si alguna vuelta he cantao
ante panzudos patrones,
he picaneao las razones
profundas del pobrerÃo.
Yo no traiciono a los mÃos
por palmas ni patacones.
Aunque canto en todo rumbo
tengo un rumbo preferido.
Siempre canté estremecido
las penas del paisanaje,
la explotación y el ultraje
de mis hermanos queridos.
Pa que cambiaran las cosas
busqué rumbo y me perdÃ;
al tiempo, cuenta me dÃ
y agarré por buen camino.
¡Antes que nada, argentino;
y a mi bandera seguÃ...!
Yo soy del norte y del sur,
del llano y del litoral;
y naide lo tome a mal
si hay mil gramos en el kilo.
Ande quiera estoy tranquillo
pero ensillao, soy bagual.
El cantor debe ser libre
pa desarrollar su cencia.
Sin buscar la convenencia
ni alistarse con padrinos.
De esos oscuros caminos
yo ya tengo la experiencia.
Yo canto, por ser antiguos
cantos que ya son eternos;
y hasta parecen modernos
por lo que en ellos vichamos.
Con el canto nos tapamos
para entibiar los inviernos...
Y no canto a los tiranos
ni por orden del patrón.
El pillo y el trapalón
que se arreglen por su lado
con payadores comprados
y cantores de salón.
Por la fuerza de mi canto
conozco celda y penal.
Con fiereza sin igual
más de una vez fui golpiao,
y al calabozo tirao
como tarro al basural.
Se puede matar a un hombre.
Pueden su rostro manchar,
su guitarra chamuscar.
¡Pero el ideal de la vida,
esa es leñita prendida
que naide ha de apagar!
Los malos se van alzando
todo lo que hallan por ahÃ;
como granitos de maÃz
siembran los peores ejemplos,
y se viene bajo el templo
de la decencia del paÃs.
Detrás del ruido del oro
van los maulas como hacienda;
no hay flojo que no se venda
por una sucia moneda;
mas, siempre en mi tierra queda
gauchaje que la defienda.
Cantor que cante a los pobres
ni muerto se ha de callar.
Pues ande vaya a parar
el canto de ese cristiano,
no ha de faltar el paisano
que lo haga resucitar.
El estanciero presume
de gauchismo y arrogancia.
El cree que es extravagancia
que su peón viva mejor.
Mas, no sabe ese señor
que por su peón tiene estancia.
Aquel que tenga sus reales
hace muy bien en cuidarlos;
pero si quiere aumentarlos
que a la ley no se haga el sordo.
Que en todo puchero gordo
los choclos se vuelven marlos.
Una vuelta, sin trabajo,
andaba por Tucumán,
y en una fonda, ande van
cantores de madrugada,
me acerqué pa la payada
que siempre ha sido mi afán.
Aunque extrañando la monta
me le apilé a un instrumento.
Y al cabo de algún momento
le di puerta a una baguala,
con una coplita rala
de esas que llevan los vientos.
Tal vez fuera la guitarra.
¡Tan lindo como sonaba!
Mi corazón remontaba
tristezas de los caminos,
y lo maldije al destino
que tantas penas me daba.
Un hombre se me acercó
y me dijo : ¿Qué hace acá?
Viaje pa la gran ciudad
que allà lo van a entender;
áhi tendrá fama, placer
y plata pa regalar.
¡Para qué lo habré escuchao!
¡Si era la voz del mandinga!
Buenos Aires, ciudá gringa,
me tuvo muy apretao.
Tuitos se me hacÃan a un lao
como cuerpo a la jeringa.
Y eso que no vine pobre
pues traiba alpargatas nuevas.
Las viejas pa cuando llueva
en la alforja las metÃ;
un pantalón color gris
y un saco tirando a leva.
Saltando de radio en radio
anduve, figuresé.
Cuatro meses me pasé
en partidas malogradas;
naide aseguraba nada,
y sin plata me quedé.
Vendà mis lindas alforjas.
Mi guitarra, ¡la vendi!
En mi pobreza, ay de mÃ,
me hubiera gustao guardala.
¡Tanto me ha costao comprarla
Pero, en fin todo perdÃ!
¡Vihuela, dónde andarás,
qué manos te están tocando.
Noches enteras pensando
siquiera como consuelo,
que sea un canto de este suelo
lo que te están arrancando...!
Cuando el máiz está en barbecho
luce un color brillantón;
las hebras, como un nailón
presumen con sus lindezas.
Pero agachan la cabeza
si las agarra el carbón.
Igual me pasaba a mÃ
en aquellos tiempos idos;
joven, fuerte, presumido,
y cuando se acabó el queso,
volvà en un triste regreso
poblada l'alma de olvidos.
Cosas de la juventud...
¡Malhaya, dónde andarás!
Aura que estoy bataraz
de tanto cambiar el pelo,
recuerdo aquellos develos
pero no miro p'atras.
Me volvà pal Tucumán
nuevamente a padecer.
Y en eso de andar y ver
se pasarán muchos años
entre penas, desengaños,
esperanzas y placer.
Mas, no jué tiempo perdido,
asegún lo và después.
Porque supe bien como es
la vida de los paisanos.
De todos me sentà hermano,
del derecho y del revés.
Siempre recuerdo los tiempos
en que guapiando pasé,
los cerros que atravesé
buscando lo que no hallaba,
y hasta a veces me quedaba
por esos campos de a pie.
La vida me fué enseñando
lo que vale una guitarra;
por ella anduve en las farras
tal vez hecho un estropÃcio,
y casi me agarra el vicio
con sus invisibles garras.
Menos mal que llevo adentro
lo que la tierra me dio.
Patria, raza o que sé yo,
pero que me iba salvando,
y asÃ, seguà caminando
por los caminos de Dios.
Pero como en la payada
bien llamada contrapunto
no acaba en esto el asunto
sino que debe seguir,
algo mas debo decir
en la cuestión de los puntos.
Yo no consegui aclarar,
y no me explico el motivo,
tres puntos consecutivos
que algunos suelen usar.
¿Alguien me puede explicar
estos puntos suspensivos?
QUE LUJO UNA PAYADA DE DON ATA!!!!!!!!!!!
CON CARIÑO
SUSANA
Comentarios
@QUIQUEBAIRES
19/05/2006
Ese si que tenia claro lo d la payada
muy linda
@OJOSVERDES
19/05/2006
sudulce, un lujo, pero muy largo para mi, no tiene version leru?? juaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaa
@OJOSVERDES
19/05/2006
sudulce, leeria pero estoy convalesciente...
@OJOSVERDES
19/05/2006
quien se caso? donde es la fiesta?
@OJOSVERDES
20/05/2006
quien se caso??????????????????? yo quiero festejar
@OJOSVERDES
20/05/2006
bueno, vamos, en df tenemos hospedaje gratis, y mi hermano es muy buen mozo...
@RENEDIVA
20/05/2006
Ojitos... no le haga tanta propaganda que van a querer ir todas las chicas......jajajja!!!!!!!!!!!!!!!!
@OJOSVERDES
20/05/2006
doña sudulce, mi hermano esta acostumbrado a la locura.... teniendo esta hermana y esa madre, que quiere?
@OJOSVERDES
20/05/2006
pobre hermano, la que le espera...
@OJOSVERDES
20/05/2006
che, este foro era para las lejanas, que habilidad de prenderme en todas!!!
@OJOSVERDES
20/05/2006
nosotras tenemos mexico, uste tiene tulipan
@OJOSVERDES
21/05/2006
andorra estaba en el itinerario??
@OJOSVERDES
21/05/2006
juaaaaaaaaaaaaaaaaaaaa bueno, vamos y listo
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