" A TRAVÉS DEL TIEMPO " (cuentito)

" A TRAVÉS DEL TIEMPO "  (cuentito)

 

         Alejado del mundo cotidiano, en un frondoso bosque que esconde miles de senderos por los que se puede transitar, caminaba con firme" A TRAVÉS DEL TIEMPO "  (cuentito)za pero serenamente, cuidando de no pisar siquiera una hormiga, para él, la vida era muy importante, por más insignificante que fuera.

         Sin saber de la otra persona casi en el mismo camino, ese hombre canoso, peinado para el costado, bajaba hacia el río por un sendero paralelo, iba saludando a su paso a los pájaros y a las ardillas, parecía hablar con ellas, se notaba que amaban a ese hombre.

         Los dos disfrutaban de un día apacible, con el sol calentando las laderas de las montañas en una mañana que nacía invocando los ciclos de la vida, que siempre vuelven, como la hierba.

         Ellos lo sabían, habían buceado intensamente en sus propias entrañas, por eso el misterio y el desafío de la vida casi no tenían secretos para ellos, por eso sentían que ese día iba a ocurrir algo que, para ellos, sería un diálogo más, pero el mundo sería testigo de un contrapunto que trascendería el tiempo y el espacio.

         Pero ellos también conocían que el tiempo y el espacio son una circunstancia de la vida, como todas las demás, aunque pensemos que existen de verdad.

         En su camino llegaron a las orillas de un correntoso río que bajaba entre los montes, sus aguas son frías y transparentes, hasta pueden verse las truchas nadando y saltando alegremente, cumpliendo con su destino, viviendo en su elemento.

         Caminando por la orilla, el chiquitín peladito y con gafas redondas, se sentó a descansar en una roca, y cuando empezaba a sentir una refrescante brisa que movía su túnica blanca, una figura alta y firme le ocultó por un momento los rayos del sol, pero él tenía su propio brillo, igual que el chiquitín.

         Enseguida notaron que habían seguido senderos distintos pero el destino de ambos fue el mismo. Casi no era necesario, les bastaba con mirarse a los ojos, pero comenzaron una amable charla.

         El que empezó a hablar, se iba sentando en la hierba, observando con sus profundos ojos el lecho del río, comentó como si fueran grandes amigos de toda la vida, - Qué misteriosa parece el agua del río, siempre corre y nunca es la misma, pero también siempre está.

         -Es verdad - comentó el otro mientras se acomodaba en la piedra - es como la vida, siempre fluye, nunca es la misma, pero lo parece.

         -Bueno, no es muy fácil asimilar ese concepto, sin embargo, si podemos entender que el dolor y el placer son una misma cosa con distinto vestido es más fácil de comprender.

         -Claro, solamente que eso debe traducirse en hechos, la teoría no es más que teoría, si uno defiende la verdad, debe practicar la verdad, si su razón es el Amor, no puede ser violento, con el ejemplo se educa, se transmite, se trasciende a las dualidades de la vida.

         -Es cierto, cada uno conoce su propia verdad, su camino, por eso las religiones y los cultos son verdades a medias, igual que cualquier otra forma de "autoridad" - redondeó mirando el cielo mientras acariciaba un conejito que se le acercó sin temor.

         -Si, hasta los pueblos que quieren libertad pueden comprender estas verdades si les mostramos como se hace, sin hablarles con palabras vacías - dijo acomodándose las gafas el chiquitín.

         Por supuesto, no hacía falta decir muchas más cosas, ellos comprendían perfectamente de que se trataba esto de vivir, mientras se abrazaban despidiéndose, el chiquitín de ojos profundos le decía:

- Hasta la vista señor Krishnamurthi, volveremos a vernos.

         Y el otro, serenamente, le dijo, - Los caminos son distintos, señor Gandhi, pero parece que al final, aprendemos las mismas cosas.

 

                                                                                              JOSE

 

 

---