Hace no mucho tiempo me encontraba en mi escuela, a punto de entrar a una clase cuando al arribar a mi pupitre (o banca) encontré sobre la paleta donde escribo, una pequeña caricatura de mí.

Al principio cuando la vi me enojé, y sin decir nada me entristecí pues había sido una víctima de la burla. Luego, internamente me imaginé siendo la persona que me dibujó y me percaté acerca del tiempo y esfuerzo que el caricaturista utilizó para crear dicha ilustración; en otras palabras me di cuenta de lo importante que tuve que haber sido en ese momento para el caricaturista e inmediatamente se me quitó la tristeza, el enojo, y me llegó la alegría. Estaba feliz y todos me preguntaban por qué. ¿Qué hubieran contestado ustedes?

Al regresar a mi casa decidí dedicarme a investigar por qué nos (y me incluyo) gusta burlarnos de otras personas.

El diccionario describe burla de la siguiente manera:

burla (orig. desconocido)
1 f. Acción o palabras con que se procura poner en ridículo a personas o cosas.
2 Engaño: ~ burlando, sin advertirlo, disimuladamente.

En mi caso la primera definición sería la correcta, y yo la tomé más a pecho al considerar que la burla puede ser algo tan grave como reírse de alguien en su cara diciéndole que es un inútil, o el simple hecho de ver cómo alguien se tropieza e inmediatamente después sentir nacer en nuestro cuerpo una pequeña risa.

Existen varias razones por las que las personas tienden a ese tipo de acciones, una es por la naturaleza humana la cual supone que todos debemos de ser iguales y el ser diferente crea desconcierto en la persona, que es cuando empieza a actuar con pequeñas agresiones hacia el burlado. Pretende, pues, sentirse superior que su víctima, aunque a veces en el fondo son proyecciones de lo que el agresor desearía ser o mostrar (en caso de que ya lo sea). También puede ser utilizada para buscar el poder dentro de un grupo de personas; burlarse del más débil para obtener prestigio.

Por otro lado si emerge en ti una risa cuando ves que alguien se tropieza, entonces no es una burla con mala intención, sino que es algo natural; tu mente provoca la risa al darse cuenta de que no fuiste tú el que se tropezó. Y esta risa generalmente va ligada con un sentimiento de culpabilidad.

Con esto sabemos que burlarse no siempre es malo, pero tampoco significa que sea bueno.

Si en algún momento eres objeto de burla, y sientes que no puedes controlar tu enojo, lee los cinco tips para controlar el enojo (traducción del artículo por Howard Richman)

Referencias

• Psicología infantil, http://www.mipediatra.com.mx/psicologia/peleas.htm
• Aggression Biological Theory v.s. Behavior, http://antiessays.bigwonk.com/show.php?cat=psychology&eid=1162

Cómo enseñar al niño a no burlarse de los demás

Fomentar el respeto y el valor de la tolerancia en los niños