¿Porque no tengo la Pareja que quiero?


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@DANTEX

29/12/2016#N61865

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¿Por qué no tengo la pareja que quiero?

En su boda, Felipe, comentaba en el brindis: “Estoy muy contento porque encontré a María, ¡el amor de mi vida!”. Mientras tanto María decía: “Me saque la lotería con Felipe, ¡no podría vivir sin ti, nunca pensé que un día podría encontrar a mi media naranja¡”.  A los pocos meses de convivencia ambos se han dado cuenta de la realidad y un año después están separados. ¡Cualquier parecido con la realidad, no es coincidencia!.
 
Todos en la vida tarde o temprano nos haremos una serie de preguntas: ¿quién soy?, ¿a dónde voy? y ¿con quién voy?. Esta última corresponde a la elección de una pareja. Vivir en compañía es una decisión muy importante que generalmente se toma a  la ligera y casi siempre está rodeada de una atmósfera enrarecida por muchos factores como veremos a continuación.

¿Cómo te gustaría que fuera tu pareja?

Cada persona es única en sus elecciones y cada pareja en general también decide a qué tipo de pareja desea unirse. No existe una receta de cocina al respecto pero en lo que se conoce como “deseabilidad social”, todo mundo cuando realmente tiene la intención de tener una pareja se porta verdaderamente amable. La deseabilidad social hace que mostremos nuestra mejor cara a la persona amada e incluso somos muy comprensivos y cooperativos. En este universo nada está suelto, a nivel de nuestro cerebro en la deseabilidad social, también se empieza a producir una sustancia que se llama feniletilamina, es químicamente un neurotransmisor, que nos hace muy colaboradores  e inhibe el hambre.

No solo se mezclan elementos psicológicos sino algunos mitos o falsas creencias relacionadas con la pareja, mismos que a fuerza de repetirse se convierten en una realidad que enturbia las relaciones y terminan convirtiéndose en verdad. Van desde: la vida en común, la sexualidad, el amor, la convivencia con los hijos, etcétera. No existe un solo resquicio de nuestras vidas (el dinero, el amor, el cuidado de los hijos, las relaciones sexuales, la distribución de las tareas cotidianas del hogar, las vacaciones, etc.) en donde los mitos estén ausentes, y desafortunadamente nuestra propia ignorancia los fortalece aún más. Algunos ejemplos de ellos: “Si nuestro amor es verdadero, el sexo entre nosotros será siempre maravilloso”, “Yo seré el/la mejor amante que jamás hayas tenido”, “El amor en la pareja lo puede y lo perdona todo”, “Si no siento celos en mi relación de pareja, es que no amo de verdad a esa persona”,  “La dureza es uno de los rasgos masculinos de mayor valor”, “Los hombres no lloran”.

El mito de la media naranja

Encontrar verdaderamente a la media naranja, es también un mito y trae consecuencias más negativas que positivas. Por un lado, al encontrar una media mitad supone que nosotros estamos incompletos y necesitamos de alguien más para ser feliz, esto es, somos seres incompletos y es responsabilidad de la pareja cubrir nuestras expectativas, así es labor del otro completarnos.  Por el otro lado, si nuestra pareja está incompleta nosotros seremos los responsables de hacerle feliz.  Sumando esfuerzos de esta manera somos seres incompletos y la pareja terminará haciéndonos más incompletos aún.

Todo mundo tenemos la pareja que buscamos

Esta afirmación puede ser muy categórica y terrible sobretodo cuando emocionalmente nos sale muy costoso estar conviviendo con alguien en el terreno: sexual, psicológico, social, económico, espiritual, familiar, y más. Pero la vida es de elecciones y muchas veces elegimos quejarnos constantemente por no tener la pareja que tenemos.  De hecho los problemas en la vida tienen un formato muy simple. ¿Piensa en aquellas cosas que para ti en la relación de pareja son un problema?. Ahora voy a adivinar ¿por qué los tienes?. Estos se deben a que “no queremos perder lo que tenemos” o “anhelamos aquellas cosas que no tenemos”.

 


¿Por qué en ocasiones nos quejamos de no tener a la pareja que deseamos?

El origen de este vacío tiene relación con:
•Los aprendizajes de nuestra familia de origen, los modelos aprendidos en la propia familia.
•Nuestras propias carencias afectivas de personalidad.
•En ser incapaz una vez que estamos en pareja de pensar en pareja predominando el egoísmo de uno de los miembros.
•Por la forma como nos explicamos las cosas que suceden en nuestra vida, culpando a los demás de nuestras elecciones (locus de control externo) y difícilmente haciéndonos responsables de nuestras decisiones (locus de control interno).
•Muchas veces nos da un miedo terrible hacernos responsables de nosotros mismos.
•Llegamos a depositar nuestras expectativas de felicidad en la pareja, cuando esto es una labor puramente personal.
•Ninguna persona que se sienta insatisfecha consigo misma, puede ser capaz de convivir en pareja pues aún ofreciéndole condiciones favorables tratará de verle el aspecto negativo a la vida.
•A veces me siento la última Coca del desierto y siento que nadie me merece, esto es, me siento superior a mi pareja y siento que al estar con e/ella le hago un favor al pobrecito.
•Los patrones psicológicos, sociales o culturales de belleza hacen crisis en la cabeza me hacen cuestionarme la conveniencia de estar con mi pareja.
•En ocasiones desde el inicio de la relación no estaba realmente convencido de estar con mi pareja actual, es decir, no tenía realmente un compromiso de pareja.
•Si idealizamos a la pareja, al fracturarse esas expectativas sufriremos verdaderamente. Mientras más alto volamos nos duele más la caída.

La confrontación con la pareja

Las parejas reales, de carne y hueso y pelusa en el ombligo, son personas con virtudes y defectos, y si existen. Mientras tanto, las pareja ideales son de apariencia, son personas que tratan de ocultar su condición de seres humanos, se refugian en la apariencia.

¿Por qué veo cualidades en mi pareja que realmente no tiene?
•Porque soy incapaz de reconocer que mi pareja es un ser humano como yo con virtudes y defectos.
•Porque tengo miedo a enfrentar mi soledad.
•Porque estoy acostumbrado a quejarme la mayor parte del tiempo (hacer el papel de víctima).
•Porque interiormente no me respeto yo mismo.
•Porque tengo un autoestima muy baja.
•Porque no me conozco como persona interiormente.
•Porque no estoy consciente que la felicidad es una tarea interior. No es una meta sino un camino, pero deposito mi felicidad en mi pareja.
•Porque no se establecer relaciones de compromiso.
•Porque creo que nadie en este mundo podría entenderme.
•Porque creo que no existe realmente una pareja que se puedan llevar medianamente bien (proyección) conmigo.
•Porque siempre se me hace normal vivir en el pleito.
•Porque no se construir mi propia felicidad.
•Porque más vale malo por conocido que bueno por conocer.
•Porque supongo que en el sexo nadie más podría entenderme.
•Porque soy incapaz de reconocer que elegí mal a mi pareja.
•Porque he construido una imagen social que no voy a destruir solo por cambiar de pareja.
•Porque ya tenemos hijos y no voy a dejarlos sin su padre/madre.
•Porque tenemos proyectos materiales que a mi me han costado y no voy a dejarlos en manos de alguien más (un/una amante).
•Porque pensándolo bien todos los hombres/todas las mujeres son iguales.

Sin embargo, la belleza está en los  ojos del observador y … ¡Siempre hay un roto para un descosido!.

 


Sugerencias para el cambio
•Todo lo que se resiste, persiste.
•Mientras más altas son las expectativas con respecto a la pareja y no se cumplen, mayor es el dolor y frustración que experimentan.
•La relación es como un jardín que necesita ser cuidado y cultivado por ambos miembros.
•La felicidad en la relación de pareja, en principio es un trabajo más personal, y en segundo lugar es un trabajo de conjunto.
•No se puede exigir en la pareja, lo que uno mismo no es capaz de dar. “Nadie da lo que no tiene”.
•Los problemas de la pareja, dependen en realidad de la personalidad y las carencias afectivas de cada uno de sus  miembros.
•Cuánto más responsables sean cada uno de los miembros de sus propias responsabilidades afectivas, más felices podrán ser.
•Cualquier pareja puede crecer en las situaciones de crisis más graves si son capaces de verlas como una oportunidad de crecimiento y no como un obstáculo.
•Si todo esto no funciona, “pedir ayuda profesional”.

Una última opción es cambiar de paradigma “aprender a quererse a si mismo para poder querer a alguien más”, el resultado sería: En vez de preguntarme: ¿Por qué no tengo la pareja que quiero? Sería ¿Por qué no aprender a querer a la pareja que tengo? (Esta última es una frase de mi amigo José Antonio Hernández

 

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