La encuesta realizada por Maldita.es, Oxfam Intermón y Atrevia -el Barómetro de la Desinformación y los Discursos de Odio frente al migrante- analiza los efectos de la desinformación en las narrativas de odio sobre migración y muestra que existe una correlación entre una mayor difusión de las narrativas de odio y su credibilidad. Este estudio, en el que se analizan los hábitos de consumo de información y desinformación en España, prueba por primera vez con un sondeo a nivel nacional la capacidad de llegada y el elevado alcance de esos discursos de odio difundidos a través de la desinformación. Entre las narrativas de odio que generan una mayor credibilidad destaca la que afirma que los inmigrantes no desean integrarse (34%), seguida de la que sostiene que el Estado da trato de favor a los inmigrantes (32%) y la que señala a los menores extranjeros no acompañados como un peligro (32%). Unos porcentajes que son incluso mayores en las personas de más de 66 años, quienes dan más veracidad a esos discursos.

¿Dónde habitan los discursos del odio?

Tal es el alcance de estos mensajes que el 84% de la población dice haber escuchado cosas como que «se ofrece una paga de 664 euros mensuales a todo extranjero menor de 23 años que llegue a nuestro país y no tenga trabajo». Con mensajes falsos de este tipo se afirma que la legislación de algunas administraciones «discrimina a los nacionales» tratando de reforzar la idea falsa de que las personas inmigrantes tienen privilegios en el acceso a las prestaciones sociales. Es esta la narrativa de odio más escuchada y también la segunda a la que más veracidad le dan los españoles: el 32% de la población cree que es cierto. Más del 82% de la población ha escuchado alguna vez que los menores extranjeros no acompañados son un colectivo peligroso con tendencia a la violencia y casi uno de cada tres españoles lo cree.

Asimismo, el 82% ha escuchado alguna vez que los inmigrantes tienen más probabilidad de participar en atracos, sucesos violentos o delitos sexuales. El 27% de la sociedad española piensa que esta afirmación es cierta. Un discurso del odio como ese cae sobre un propicio caldo de cultivo ya que, según los datos extraídos en esta encuesta, el 22% de la población española se muestra en contra de la inmigración y el 28% asegura que su opinión sobre la inmigración determina el sentido de su voto.

«El discurso de odio en las redes contra los inmigrantes sigue en aumento y ya representa el 33,7% del total de esas manifestaciones que se vierten en Internet».

Estos datos han sido confirmados por otros estudios aparecidos posteriormente. El discurso de odio en las redes contra los inmigrantes sigue en aumento y ya representa el 33,7% del total de esas manifestaciones que se vierten en Internet, mientras que hace solo cuatro meses significaban el 28,5%. Son algunos de los datos que refleja el Observatorio Español del Racismo y la Xenofobia (OBERAXE). El Ministerio de Inclusión, Seguridad Social y Migraciones confirma que los casos de antiinmigración han aumentado con respecto a julio y agosto, cuando representaban un 30,8%. El propio Observatorio confirma las conclusiones del Barómetro cuando señala que el discurso de odio en redes sociales «sigue estando influido, en gran medida, por la agenda mediática y política del momento». Durante septiembre y octubre, los contenidos de discurso de odio en línea identificados y comunicados a Facebook, Twitter, YouTube, Instagram y TikTok han sido 704, lo que supone un aumento del 16% con respecto a los datos aportados en el boletín bimensual anterior.

El antídoto que las propias sociedades generan

Los discursos del odio son el enemigo a combatir. La ventaja reside en que poseemos los mimbres para contener su expansión. Esos mensajes llegan y tienen alcance, pero aún es mayoría la población que no los acepta. Por lo tanto, las campañas contra los discursos del odio tienen una amplia base en la que sostenerse: un 42% de los españoles cree que acoger a migrantes en España es un deber del Estado, frente a solo un 24% que considera que él se les está haciendo un favor.

«Los discursos del odio son el enemigo a combatir. La ventaja reside en que poseemos los mimbres para contener su expansión».

En una escala del 0 (nada racista) a 10 (muy racista), la media en España se sitúa en el 2,3. Además, los españoles tienden a considerarse más inclusivos que la sociedad en su conjunto: en este caso la media ronda el 5,6. Asimismo, existe una amplia concienciación ética con respecto a la necesidad de ayudar a las personas migrantes y los valores universales de solidaridad están presentes en el discurso mayoritario de los ciudadanos.

Por lo tanto, los discursos del odio, siendo un enemigo que no hay que infravalorar, tienen la batalla perdida siempre que desde las autoridades y la esfera privada exista una repuesta coordinada y que se mantenga el vínculo con una sociedad que mayoritariamente rechaza semejantes ideas. En este punto, una vez escuchada la sociedad y analizado el contexto, es clave construir, divulgar y fomentar, como sociedad, empresa y Estado, un relato contundente, integrador y humano que contrarreste al fácil discurso del odio.