¿Por qué no encontramos a quien buscamos?

Se habla de la existencia de un hilo rojo que une a las personas, se dice que aquellos que están predestinados se hallarán, que hay almas gemelas y muchos ejemplos más.

Sin embargo, ¿por qué es tan difícil dar con esa persona especial? Esa que nos conmueva, que estremezca nuestros cimientos (y esto es independiente de la edad que tengamos ya que el corazón, el alma y la piel siguen sintiendo).

A veces suponemos que nos hemos encontrado, pero al poco tiempo, vemos que no fue así…

¿Es que, tal vez, nos tornamos más exigentes con el paso del tiempo? O, ¿quizás sigamos idealizando a un “prototipo especial”?

En función a este último punto, me surge una disyuntiva: ¿Debemos “bajar nuestras pretensiones” para no seguir solos o es bueno mantenerlas para no traicionarnos a nosotros mismos”? ¿Quizás somos demasiado racionales en temas del corazón?

A veces, los encuentros mágicos se producen y suceden en los lugares y momentos menos pensados; en otros casos, los trenes siguen pasando y vendrán más, hasta que el horario envíe “el último tren” …

Dejo abierto estos pensamientos para aquella persona que tengas ganas de sumar sus líneas.

Saludos

Fernando

 

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