Cómo responde Aristóteles a la pregunta, cómo debemos vivir?


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Publicado por
@DANTEX

09/05/2023#N82339

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En su Ética a Nicómaco, Aristóteles dice que la ética tiene como objeto el ámbito de la praxis humana, puesto que se trata de un actuar basado en la decisión; y en esto se distingue de la filosofía teorética o teórica que se ocupa de lo inmutable y eterno, es decir, que se dirige al conocimiento, no a la acción ni a la práctica.

Todo ser tiende por naturaleza hacia un bien que le es propio y en el que encuentra su culminación. El bien humano es la actividad del alma conforme a la razón.

En esta actividad el hombre encuentra la eudaimonia (felicidad), que es independiente de las circunstancias externas y que constituye la meta final de su aspiración.

Aristóteles distingue las virtudes dianoéticas de las éticas para definir con mayor precisión la especificidad del bien del mal. Las virtudes dianoéticas consisten en el puro ejercicio de la razón misma, diferenciando entre la razón teórica y la razón práctica.

Entre estas virtudes, solamente la prudencia (phrónesis) resulta decisiva para el actuar ético.

Para Aristóteles, la prudencia es la sabiduría práctica. No se puede ser sabio sino se es prudente. La prudencia es templanza, cautela, moderación; sensatez y buen juicio.

Las virtudes éticas se las encuentra el hombre ya elaboradas. Se transmiten a través del ordenamiento existente en la sociedad y el Estado (polis), y obtienen su validez a partir de la tradición y el consenso general (por ejemplo, la sensatez y la generosidad).

El ejercicio de los valores inherentes a la polis es, para Aristóteles, una parte esencial de la formación moral.

La actitud moral del hombre nace solamente a partir de la conjunción de la prudencia y de la virtud ética.

Para Aristóteles, resulta claro que no es posible ser bueno en sentido estricto sin prudencia, ni prudente sin la virtud moral.

A la prudencia le corresponde sobre todo reconocer los medios y caminos adecuados que llevan al bien; mientras que las virtudes éticas son las que determinan el fin.

Las dos virtudes juntas conducen a la voluntad (búlesis) en la dirección del bien, ya que muestran el fin correcto a nuestras tendencias con la intermediación del discernimiento. Así se da forma a nuestros afanes naturales y se dominan las pasiones (afectos).

Es típico de Aristóteles considerar que la actitud moral (héxis) no nace directamente del entendimiento, sino que se adquiere en la praxis mediante el ejercicio, la costumbre y el aprendizaje.

En cuanto a su contenido, la virtud ética se define como el medio (mesótes) entre dos extremos incorrectos; por ejemplo:

Valor (cobardía-temeridad).
Templanza (desenfreno-apatía).
Generosidad (avaricia-prodigalidad).
Especial atención merece la justicia, que es la virtud más excelente en relación con la comunidad. En tanto que distribuidora procura un reparto justo de los bienes y los honores dentro de la sociedad; y en tanto que indemnizadora es un correctivo por los daños sufridos.

También la amistad es un virtud importante, pues con ella el hombre realiza el tránsito desde la individualidad a la comunidad.


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Comentarios

@SILVERMOON29

09/05/2023



Esa JUSTICIA "distribuidora y reparadora"  se habrá quedado en la Antigua Grecia- porque acá no llegó.  La que si tenemos es la JUSTICIA "impasible" (que podríamos etiquetar más creativamente).  Yo me pregunto: ¿Habrá algún "justo medio" para la Justicia?.  ¿Algo intermedio entre Expeditiva e Inexistente?.  Son solo preguntas de martes al mediodía. Gracias por subir esta nota.  Me ha hecho reflexionar. Bon apetit!!.