LA POBREZA .......
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Acabo de leer un libro cuyo autor es el fisiólogo Marcelino Cereijido, que me resultó muy interesante y que se llama ´"Hacia una teoría general sobre los Hijos de Puta" El Áutor trata de analizar esta cualidad desde un punto de vista científico partiendo de una primera definición que "para ser hijo de puta no basta damnificar al otro, sino tambien ser conciente de que lo estamos perjudicando" En esta línea me pareció interesante el capítulo que dedica a la pobreza es muy largo por lo cual solo voy a transcribir unos párrafos pero me parece un interesante punto de vista a debatir ya que lo identifica dentro de esta cuestión de la hijoputez humana.....Cecilya
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Comentarios

@CECILYA
02/09/2012
Acabo de leer un libro cuyo autor es el fisiólogo Marcelino Cereijido, que me resultó muy interesante y que se llama ´"Hacia una teoría general sobre los Hijos de Puta" El Áutor trata de analizar esta cualidad desde un punto de vista científico partiendo de una primera definición que "para ser hijo de puta no basta damnificar al otro, sino tambien ser conciente de que lo estamos perjudicando" En esta línea me pareció interesante el capítulo que dedica a la pobreza es muy largo por lo cual solo voy a transcribir unos párrafos pero me parece un interesante punto de vista a debatir ya que lo identifica dentro de esta cuestión de la hijoputez humana.....Cecilya
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La cultura inventa la pobreza
La pobreza es la peor forma de violencia.
Gandhi
La pobreza no es natural. No hay animales o vegetales
pobres, en términos de lo que este concepto
significa hoy para el ser humano. De igual forma,
tampoco había gente pobre en la Edad de Piedra.
Son tantas las teorías propuestas que buscan explicar
cómo hizo la humanidad para producir tan pocos
ricos y tantos pobres, que es muy difícil tener paciencia
suficiente para leerlas todas. Con todo, trataré de
bosquejar algo al respecto, limitándome a aquellas ideas
que incidan directamente sobre la hijoputez.
Tal y como se dijo antes, la agricultura comenzó
hace apenas unos diez u once mil años. Al respecto,
es necesario puntualizar que, además de todas sus
ventajas posibles, sobre todo la de haber propiciado
la conformación de grupos humanos cada vez más
numerosos, y, por ende, el surgimiento de propiedades
emergentes (civilizaciones, nuevas maneras de
pensar e interpretar; que son procesos similares a la
conexión de computadoras en red), hubo también
una fuente de nuevos e increíbles trastornos. En el
albor de las sociedades agrícolas, la acumulación de
excedentes incentivó al ser humano a inventar maneras
de conservados, de que no se pudrieran los
productos de su cosecha y fuera posible guardar suministros
para épocas de escasez. Sin embargo, este
proceso ocasionó que hubiera también acumulacio-
~-=on,...,ro y otros no, y que para custodiar ese cúmulo de
entos, comenzaran a desarrollarse procedimiene
instituciones fortificadas y armadas a las que
.e ajeno al grupo pudiera entrar, lo que a su vez
tribuyó a la estratificación social en clases.
Hoy en día, ser pobre no sólo implica vivir el draconstante
de «sentirse pobre» y saber que hay pozas
personas en el mundo amasando fortunas a costa
ce la mayoría, sino también una multitud de dolores
e van más allá de lo meramentesubjetivo. Para no
forzar nuestra mente imaginando el papel desquiciante
de la pobreza a través de los siglos, veamos de
qué manera esta condición constituye hoy en día la
causa más importante de enfermedad y muerte, superando
en mucho a enfermedades como el cáncer y
las cardiopatías."
El pobre realiza una actividad mentalmente chata,
repetitiva, que ejecuta bajo el diseño, control y mando
de otros; lo mejor que puede sucederle es cumplirla
satisfactoriamente, pues lo habitual es que suelde circuitos
que nadie le explicó, o que esté a cargo de procesos
químicos cuyo detalle implica nociones de física,
enzimología y toxicología que van más allá de
lo que aprendió en la escuela primaria (si es que tuvo
la fortuna de asistir a una). Ésa es la situación ideal
cuando se tiene trabajo, porque en el caso de pertenecer
al sempiterno sector de los desempleados, este
pobre sufrirá aún más, pues pertenece a un estrato
social en el que nadie tiene excedentes ni reservas. Es
probable también que habite una casa más pequeña
de lo que su familia realmente requiere, o en un
villorrio lejano a su trabajo, sin agua corriente, cloacas
ni energía eléctrica, cercano a tiraderos de basura
adonde pululan roedores y alimañas, y sin comodidades
como calefacción para el invierno o ventilación
para el verano; quizá tampoco cuente con instalaciones
para bañarse y esté expuesto a los altos índices de
delincuencia que suele haber en este tipo de barrios.
En el tercer mundo (entre un 85 y 90 por ciento
de la humanidad) el pobre no cuenta con leyes de seguridad
social efectivas, es decir, que no sean meramente
nominales y «letra muerta»; 7 tiene muchos
menos desahogos para sus' frustraciones y necesidades,
como practicar deportes, tomar cursos, ir de vacaciones;
debe alimentarse con lo que puede y no tiene
acceso a dietas especiales, ricas en proteínas, vitaminas
y fibras. Nadie humilla a un rico si un día se queda
en casa porque no se siente bien; en cambio, al
pobre le envían un médico para que la empresa adonde
trabaja se cerciore de que no está mintiendo y determine
en cuánto tiempo deberá reponerse para regresar
al trabajo, so pena de perderlo. Con suerte, podrá asistir
al hospital público que le asignaron, luego de esperar
días o semanas para ser atendido en unas instalaciones
que pueden no contar con los medios adecuados. En
este punto de la historia, los inconvenientes de la tramitación
burocrática y la demora no se reducen a
meras molestias pues mientras tanto, la afección puede
progresar hacia etapas que ya no serán tan fáciles
de tratar. Así, el cuidado de su salud es por demás precario,
ya que le resulta más engorroso, por no decir
imposible, seguir las instrucciones del médico. Por
ejemplo, un hipertenso pobre podría dejar de tomar
diuréticos(indispensables para controlar el volumen sanguíneo
que incide en la presión arterial) porque en la fa-
brica donde trabaja no se permite a los empleados
ir al- baño a orinar las veces que quiera. Y en caso de
tener neurosis, es raro (y también caro) que decida ir
al médico a tratársela: acaso deba esperar a que ésta
convierta en psicosis y pierda la noción de quién es
y dónde está. De hecho, los índices de mortalidad de
la gente pobre son incomparablemente más altos al
de los de las clases altas, y dicha verdad es normalmente
maquillada por las estadísticas sanitarias, que suelen
introducir mentiras del tipo «Entre Rockefeller y
__ yo tenemos tantos millones de dólares». Un promedio
de algo tan simple como la desnutrición, oculta
verdades crueles e injustas: miente.
Los hijos de los pobres van a escuelas adonde no
les instruye para aspirar a trabajos mejor remunerados
y que les ayuden a superar su pobreza." El pobre
debe responder al presente, porque no tiene los medios
para planear su futuro, mismo que para su mala suerte,
suele ya estar hipotecado; observa que sus niños tienen
defectos dentales que se podrían corregir si él tu-
"viera dinero, y que sus padres se encaminan hacia
muertes prematuras, porque si bien la medicina ya
está en condiciones de curarlas o aliviarlas, los medicamentos
de avanzada son particularmente caros e
inaccesibles. No puede esperar mucho de la lucha sociopolítica
porque está expuesto a promesas preelectorales,
demagogias, matonaje sindical, corrupción, carestía
y escasez. Sabe muy bien que el legislador por
el cual votó usa para su campaña hacia la presidencia
los fondos tomados de su salario, para costearse
spots publicitarios en los medios de comunicación. La
extracción social de los delincuentes lo muestra co
toda claridad: las cárceles están llenas de pobres." VI\imas
en una cleptocracia en la que éstos, aun cuando
son tan robados y estafados como los ricos, o aun
cuando pueden cometer las mismas fecharías humanas,
son quienes suelen ir presos. Se me ocurre resumir
no ya con el pensamiento de algún sesudo filósofo que
saldría sobrando, sino con un versito garrapateado en
las paredes de la célebre prisión mexicana de Lecumberri:
«En este lugar maldito / donde -impera la tristeza
/ no se castiga el delito, / se castiga la pobreza».
Así como los orfanatorios del siglo XIX eran mataderos
de niños abandonados, con los cuales la sociedad
no sabía qué hacer, es muy difícil no pensar que
las cárceles de hoy son un matadero de pobres que no
tienen cómo dejar de portarse mal. De hecho, a las
cárceles ingresan pobres que la sociedad quiere quitarse
de encima y por lo tanto salen muertos. 10 Ni un
hospital del cáncer se compara con una cárcel.
Cuando al extremadamente pobre ya no le queda
ni siquiera comida o ropa, todavía le queda algo que se
puede suministrar él mismo: su dignidad, el respeto a
sí mismo. Me resulta notable que los estudios hechos
a los presos más violentos (a quienes es imprescindible
mantener apartados porque han asesinado con lujo
de ensañamiento a otros criminales enrejados en su
misma cárcel y seguirían ultimando a otros si se les
diera la oportunidad) coinciden en afirmar que el móvil
fue casi invariablemente una ofensa recibida. Entre
dos malandrines, mutuamente conscientes de que
sus prontuarios están atestados de delitos, fechorías