Si alguien se sorprendió con lo que hizo Mauro Camoranesi a los 31 minutos del primer tiempo ante Racing debe revisar la historia. ¿Qué hizo? Le pegó una “cobarde”, “brutal” y “antideportiva”patada a Patricio Toranzo, cuando el jugador de la “Academia” estaba en el piso.
¿Y por qué alguien al ver esta acción no se debe sorprender? La respuesta es sencilla: porque el actual jugador de Lanús tiene antecedentes de acciones de este tipo.

El 14 de agosto de 1994 y jugando para Aldosivi, a los 42 minutos del primer tiempo y en un balón dividido en la mitad del terreno de juego registró un encontronazo entre Camoranesi y Roberto Pizzo, que terminó con el jugador de Alvarado recibiendo los tapones del botín derecho del nacionalizado italiano sobre la rodilla derecha. El parte médico indicó rotura de ligamento cruzado anterior, rotura de ligamento cruzado posterior, rotura de ligamento lateral externo, roturas de meniscos interno y externo, de cápsula de la rodilla, tendón del bíceps, nervios varios, hematomas y desgarros. Además, estuvo a punto de ser seccionada la arteria femoral.

Obviamente esto derivó en una extensa rehabilitación con el final menos deseado para un futbolista: quiso volver a jugar, pero le resultó imposible. Por eso, Pizzo inició una demanda contra Camoranesi. 16 años más tarde, la Sala I de la Cámara Civil y Comercial de Mar del Plata dio a conocer el veredicto final en una jurisprudencia sin precedentes y con polémica: debió abonar 199.200 pesos más intereses desde el momento del hecho, o sea, desde 16 años de sancionado el fallo.

Sin embargo, y más allá de la multa económica, la peor parte se la llevó Pizzo, quien no pudo volver a jugar; mientras que Camoranesi tuvo una exitosa carrera europea.

17 años más tarde, tuvo una acción tan desleal como aquella. Entonces…¿no es el momento para que el Tribunal de Disciplina le dé una sanción ejemplar? ¿Puede un jugador como Camoranesi volver a jugar al fútbol? ¿No debería accionar Futbolistas Argentinos Agremiados?

 

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