LA INFANCIA NUNCA FUE UN PARAISO por MAURICIO KARTUN
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@FLORALIS
Mi madre Charito Huerres fue persona atenta y dada a los detalles.
Apenas empecé a frecuentar los cumpleaños de mi colegio me mandó a hacer unas tarjetas personales, de las que conservo alguna todavía. Ésta es una.
Eran mi sello distinguido. Niñito bacán.
Hacía la envoltura de los regalos con plegado primoroso y pegaba con Pegalotodo la tarjetita sobre el papel manteca floreado.
La encontré en una caja de fotos hace poco y recordé un fragmento espeso de la infancia.
Había en tercer grado del colegio Almirante Brown de Ballester, una chica que me tenía tonto.
Tonto, tonto es poco.
Era muy rubia, muy blanca, y de apellido alemanísimo con varias haches y dobles efes. Solía verla además en la pileta del Sportivo. Era nadadora. Y en malla me ponía más tonto todavía.
El día que me invitó a su cumpleaños sentí que mi regalo debía ser como un mensaje que hiciera que al menos una vez en la vida, una vez, sus ojos celestes me miraran un poco. Lo compré yo mismo, no dejé que lo elija la economía familiar. Y seguro de que ella lloraría como yo había llorado leyéndolo le compré en la librería Mickey de la avenida 3 de Febrero un ejemplar de tapas amarillas de Príncipe y Mendigo. Lloraría, se acordaría de mí, pensaría en qué parecidos éramos, me lo comentaría y hablaríamos en un recreo apoyados en la pared de ladrillos sobre nuestro emocionante y común amigo Mark Twain. Y ella así de cerca tendría en el pelo al agitarlo el perfume inconfundible y sano del cloro de la pileta.
Después de mucho dudar deslicé entre las hojas del libro una de mis tarjetitas. Sería señalador y sería el ayudamemoria de quién había sido el autor de semejante impacto emotivo.
Lo recibió con gracia, todo lo hacía con gracia, como nadando, y lo dejó junto a los otros regalos sobre su cama.
Esperé durante semanas una señal, un mensaje, un comentario.
Nada.
Tiempo después otro cumpleaños del grado. La vi llegar con su paquetito y entregarlo con gracia. Siempre su gracia acuática. La cumpleañera rompió el papel, agradeció y lo puso junto a los otros. Me acerqué curioso y ahí lo vi. Otro ejemplar de Príncipe y Mendigo. Casi lloro: lo había leído, le había encantado y ahora era ella quien regalaba el mismo título para deleite de todo resto del mundo. Más claro el agua suya: me lo estaba diciendo a los gritos.
Mientras la manada conurbana se apretaba sobre las velitas me acerqué a los regalos y lo abrí. Quizá alguna dedicatoria de su letra primorosa hablaba de nuestra pasión marcktwainista.
No había dedicatoria, pero en la primera página, allí donde yo la había puesto, estaba todavía mi tarjetita. Ni siquiera lo había abierto antes de descartarlo.
La saqué con vergüenza ajena y la deslicé en el bolsillo de atrás del vaquero Farwest. Quizá era ésta misma tarjetita de acá arriba. Vaya a saber.
Volví a la mesa cuando cantaban. Prendieron la luz, agarré con la servilletita la torta gorda y me fui a comerla al patiecito. Me la tragué de tres mordiscones, volví a la mesa por otra y salí al patiecito de nuevo.
Mirando las macetas con Lazos de Amor y Alegrías del Hogar saqué algunas conclusiones trascendentes que me acompañaron luego largamente en la vida. A saber:
Todo alemán odia a los niños de apellido ruso. Si es alemana más.
Todas las rubias son muy crueles. Muy crueles.
Los ojos celestes son fríos como azulejo de pileta. Como las frías aguas del sportivo en la mañana.
Las rubias bellas practican natación. Todo el resto leemos libros.
Mil veces mejor comer torta gorda que enamorarse, y que las chicas lindas se vayan todas juntas en fila india a la reputa madre que las parió.
La infancia nunca fue un paraíso.
Muy bueno.. !! el final gracioso para nosotros, sabemos que fue puro dolor para ese hombrecito...
Qué manera poética de narrar una frustración una desilusión, excelente es que Kartun tiene una particular manera de marrar se nota en su teatro , yo vi varias obras de él y las recomiendo "Ala de Criados" y "Terrenal" en el Teatro del Pueblo y "El niño Argentino" recientemente por Teatrix. Todas excelentes
Gracias Elsa tus propuestas siempre destacan en calidad Cariños.
Hay situaciones, como esta, que marcan para siempre. Muy bueno. Gracias Elsa.
Ni que decir cuando la/el que nos gusta nos cuenta que està enamorada/o de otro/a, es como una patada de karate en el pecho, màxime a esas primeras edades donde todo es una tragedia, menos mal que la vida por lo gral. nos dà revancha
Kartun describió la primer gran Desilusiòn de amor en la infancia. Pero " La Desi " sigue volviendo... disfrazada... cuando aún Hoy rechazamos a Alguien, sin medir nuestro impacto, O cuando No nos ama el que deseamos....
Y dicen que vuelve aún en casos de largos años de coincidencia....... por lo que después de la Infancia tampoco hay garantía de Paraíso....
Sigue vigente entonces el seguir sacando conclusiones trascendentes ..!! Por lo que Aquellos que se atrevan a enamorarnos que se vayan Todos juntos y en fila india...... ......a...la ..... p &6 m &, ::.s* p &^ ....!!!
Saludos a Kartun
jaja. buenisimo. por suerte aprendiste la lección.
Gracias a todos, muy amables por comentar como los impactó este cuento...
Saludos,
Elsa
Holaaaa...
Anoche la página solita me hizo caer en esta Nota, en este hermoso texto de Kartun , del que he visto tantas obras, y al que siento uno de los nuestros. Por qué? Porque es de San Martín. Y frecuentó Villa Ballester. Me pongo de pié!
Me gustó mucho: conozco todo lo que él nombra, a la alemanita de apellido dificil, que podría ser cualquier vecina de mi barrio, ya que desde hace casi 100 años la escuela Nro 34, Almirante Brown , fue el destino natural de muchos pibes.
Como era antes, todos a la "escuela del estado". Es más, mi vieja decia que el colegio privado era para los burros. Pero ella y muchos alemancitos más se vieron despojados de su escuela privada, donde mantenían el idioma: La BISMARCK SCHULE. La cerraron junto con todas las instituciones germanas cuando Argentina le declaró la guerra al Eje, Una vez derrotado en el campo de batalla, nos acordamos de lo malos que eran y de las bestialidades que cometían, campos de concentración incluídos.
Retomo: El SPORTIVO es mi club. El club del barrio. El que con sus colores blanco y negro me emociona cuando paso por su puerta (pegada a la mía).
Por todo esto este relato me toca más de cerca. No soy imparcial.
Gracias ELSA por traerlo, y disculpas por mi despiste.
Me alegra @Marianalaura que hayas disfrutado este texto de Kartun, siempre hay tiempo para ello.
Muy buenos tus comentarios tan vívidos, cercanamente. Saludos !
Recién reparo en este texto.
Excelente narración de Kartun. Me encantaron las caracterizaciones de los personajes, los lugares, la tensión que sostiene durante el relato y las conclusiones finales del protagonista.
Una aguda mirada sobre la infancia.
Gracias, Elsa!!!
Cariños.
Apenas empecé a frecuentar los cumpleaños de mi colegio me mandó a hacer unas tarjetas personales, de las que conservo alguna todavía. Ésta es una.
Eran mi sello distinguido. Niñito bacán.
Hacía la envoltura de los regalos con plegado primoroso y pegaba con Pegalotodo la tarjetita sobre el papel manteca floreado.
La encontré en una caja de fotos hace poco y recordé un fragmento espeso de la infancia.
Había en tercer grado del colegio Almirante Brown de Ballester, una chica que me tenía tonto.
Tonto, tonto es poco.
Era muy rubia, muy blanca, y de apellido alemanísimo con varias haches y dobles efes. Solía verla además en la pileta del Sportivo. Era nadadora. Y en malla me ponía más tonto todavía.
El día que me invitó a su cumpleaños sentí que mi regalo debía ser como un mensaje que hiciera que al menos una vez en la vida, una vez, sus ojos celestes me miraran un poco. Lo compré yo mismo, no dejé que lo elija la economía familiar. Y seguro de que ella lloraría como yo había llorado leyéndolo le compré en la librería Mickey de la avenida 3 de Febrero un ejemplar de tapas amarillas de Príncipe y Mendigo. Lloraría, se acordaría de mí, pensaría en qué parecidos éramos, me lo comentaría y hablaríamos en un recreo apoyados en la pared de ladrillos sobre nuestro emocionante y común amigo Mark Twain. Y ella así de cerca tendría en el pelo al agitarlo el perfume inconfundible y sano del cloro de la pileta.
Después de mucho dudar deslicé entre las hojas del libro una de mis tarjetitas. Sería señalador y sería el ayudamemoria de quién había sido el autor de semejante impacto emotivo.
Lo recibió con gracia, todo lo hacía con gracia, como nadando, y lo dejó junto a los otros regalos sobre su cama.
Esperé durante semanas una señal, un mensaje, un comentario.
Nada.
Tiempo después otro cumpleaños del grado. La vi llegar con su paquetito y entregarlo con gracia. Siempre su gracia acuática. La cumpleañera rompió el papel, agradeció y lo puso junto a los otros. Me acerqué curioso y ahí lo vi. Otro ejemplar de Príncipe y Mendigo. Casi lloro: lo había leído, le había encantado y ahora era ella quien regalaba el mismo título para deleite de todo resto del mundo. Más claro el agua suya: me lo estaba diciendo a los gritos.
Mientras la manada conurbana se apretaba sobre las velitas me acerqué a los regalos y lo abrí. Quizá alguna dedicatoria de su letra primorosa hablaba de nuestra pasión marcktwainista.
No había dedicatoria, pero en la primera página, allí donde yo la había puesto, estaba todavía mi tarjetita. Ni siquiera lo había abierto antes de descartarlo.
La saqué con vergüenza ajena y la deslicé en el bolsillo de atrás del vaquero Farwest. Quizá era ésta misma tarjetita de acá arriba. Vaya a saber.
Volví a la mesa cuando cantaban. Prendieron la luz, agarré con la servilletita la torta gorda y me fui a comerla al patiecito. Me la tragué de tres mordiscones, volví a la mesa por otra y salí al patiecito de nuevo.
Mirando las macetas con Lazos de Amor y Alegrías del Hogar saqué algunas conclusiones trascendentes que me acompañaron luego largamente en la vida. A saber:
Todo alemán odia a los niños de apellido ruso. Si es alemana más.
Todas las rubias son muy crueles. Muy crueles.
Los ojos celestes son fríos como azulejo de pileta. Como las frías aguas del sportivo en la mañana.
Las rubias bellas practican natación. Todo el resto leemos libros.
Mil veces mejor comer torta gorda que enamorarse, y que las chicas lindas se vayan todas juntas en fila india a la reputa madre que las parió.
La infancia nunca fue un paraíso.
Comentarios
@LIANABE
19/07/2020
Muy bueno.. !! el final gracioso para nosotros, sabemos que fue puro dolor para ese hombrecito...
@CECILYA
19/07/2020
Qué manera poética de narrar una frustración una desilusión, excelente es que Kartun tiene una particular manera de marrar se nota en su teatro , yo vi varias obras de él y las recomiendo "Ala de Criados" y "Terrenal" en el Teatro del Pueblo y "El niño Argentino" recientemente por Teatrix. Todas excelentes
Gracias Elsa tus propuestas siempre destacan en calidad Cariños.
@MARIO
19/07/2020
Impecable narración del sufrimiento. Esas cosas quedan marcadas a fuego.
Muchas Gracias Elsa!!!
@HECTOR5858
19/07/2020
Hay situaciones, como esta, que marcan para siempre. Muy bueno. Gracias Elsa.
@ANSOGUAT
20/07/2020
Ni que decir cuando la/el que nos gusta nos cuenta que està enamorada/o de otro/a, es como una patada de karate en el pecho, màxime a esas primeras edades donde todo es una tragedia, menos mal que la vida por lo gral. nos dà revancha
@SANETSU
21/07/2020
Un genio Kartun. Gracias por traerlo.
@LIANABE
21/07/2020
Kartun describió la primer gran Desilusiòn de amor en la infancia. Pero " La Desi " sigue volviendo... disfrazada... cuando aún Hoy rechazamos a Alguien, sin medir nuestro impacto, O cuando No nos ama el que deseamos....
Y dicen que vuelve aún en casos de largos años de coincidencia....... por lo que después de la Infancia tampoco hay garantía de Paraíso....
Sigue vigente entonces el seguir sacando conclusiones trascendentes ..!! Por lo que Aquellos que se atrevan a enamorarnos que se vayan Todos juntos y en fila india...... ......a...la ..... p &6 m &, ::.s* p &^ ....!!!
Saludos a Kartun
@CINDERELLA
22/07/2020
jaja. buenisimo. por suerte aprendiste la lección.
@FLORALIS
29/07/2020
Gracias a todos, muy amables por comentar como los impactó este cuento...
Saludos,
Elsa
@MARIANALAURA
25/01/2021
Holaaaa...
Anoche la página solita me hizo caer en esta Nota, en este hermoso texto de Kartun , del que he visto tantas obras, y al que siento uno de los nuestros. Por qué? Porque es de San Martín. Y frecuentó Villa Ballester. Me pongo de pié!
Me gustó mucho: conozco todo lo que él nombra, a la alemanita de apellido dificil, que podría ser cualquier vecina de mi barrio, ya que desde hace casi 100 años la escuela Nro 34, Almirante Brown , fue el destino natural de muchos pibes.
Como era antes, todos a la "escuela del estado". Es más, mi vieja decia que el colegio privado era para los burros. Pero ella y muchos alemancitos más se vieron despojados de su escuela privada, donde mantenían el idioma: La BISMARCK SCHULE. La cerraron junto con todas las instituciones germanas cuando Argentina le declaró la guerra al Eje, Una vez derrotado en el campo de batalla, nos acordamos de lo malos que eran y de las bestialidades que cometían, campos de concentración incluídos.
Retomo: El SPORTIVO es mi club. El club del barrio. El que con sus colores blanco y negro me emociona cuando paso por su puerta (pegada a la mía).
Por todo esto este relato me toca más de cerca. No soy imparcial.
Gracias ELSA por traerlo, y disculpas por mi despiste.
@FLORALIS
25/01/2021
Me alegra @Marianalaura que hayas disfrutado este texto de Kartun, siempre hay tiempo para ello.
Muy buenos tus comentarios tan vívidos, cercanamente. Saludos !
@ANITAKREI
25/01/2021
Fantástico no lo había visto ,gracias a ambas a Floralis por publicar y a vos Mariana por reflotarlo.
Un beso.
@VIVIANSIL
25/01/2021
Recién reparo en este texto.
Excelente narración de Kartun. Me encantaron las caracterizaciones de los personajes, los lugares, la tensión que sostiene durante el relato y las conclusiones finales del protagonista.
Una aguda mirada sobre la infancia.
Gracias, Elsa!!!
Cariños.
@FLORALIS
27/01/2021
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