“¿𝐒𝐀𝐁𝐄𝐌𝐎𝐒 𝐇𝐀𝐂𝐄𝐑 𝐂𝐑𝐈́𝐓𝐈𝐂𝐀𝐒 𝐂𝐎𝐍𝐒𝐓𝐑𝐔𝐂𝐓𝐈𝐕𝐀𝐒?“

“¿𝐒𝐀𝐁𝐄𝐌𝐎𝐒 𝐇𝐀𝐂𝐄𝐑 𝐂𝐑𝐈́𝐓𝐈𝐂𝐀𝐒 𝐂𝐎𝐍𝐒𝐓𝐑𝐔𝐂𝐓𝐈𝐕𝐀𝐒?“

-Arquetipos del tema tratados el 27 de marzo 2022 en CAFÉ CONOCIÉNDONOS-

La empresa de tejidos Guadalupe S.A. contaba con un numeroso plantel de administrativos calificados, ocupando cada uno de ellos diferentes sectores que hacían a su organización productiva y comercial. Jorge Laborde, era un empleado contable perteneciente al departamento de finanzas. Puntual, disciplinado y eficiente en sus tareas, llevaba años en la empresa, siendo su gestión reconocida por todos los miembros de la Compañía.

Un día de aquellos, en los que está predestinado que algo saldrá mal, realizó erróneamente una importante transacción bancaria. Advirtió el problema e inmediatamente dio comienzo a subsanar el traspié, la corrección tomaría varios días. El Consejo Directivo de la empresa, en su reunión de cada mañana, informado del asunto, citó de inmediato a Laborde. El CEO de la sociedad, Carlos Gonzaga, con gestos muy duros recibió al contable, ni siquiera lo invitó a tomar asiento, dejándolo en un rincón como si fuera un alumno en penitencia, mientras el resto de los miembros del Directorio mantenía silencio, como ajenos al evidente maltrato. Con una andanada de críticas que excedían el problema puntual, acompañado de adjetivos ofensivos y un inadecuado tono de voz haciendo vibrar la sala, el ejecutivo puso sobre la mesa su ineptitud de liderazgo, atacando desmesuradamente a Laborde, exponiéndose finalmente él mismo a una posición más penosa que el propio inculpado.

Jorge Laborde, se retiró de la sala con el más triste estado de ánimo, le temblaban las piernas, sintió que por su rostro corrían lágrimas, nunca hubiera pensado que alguna vez fuera humillado de tal manera, allí, donde dejaba cada día sus conocimientos, su esfuerzo y su entusiasmo personal. ¿Valía la pena seguir allí? Al reingresar a su oficina, sintió que ese lugar no lo merecía y redactó sin dudar su renuncia.

Evidentemente Gonzaga demostró saber muy poco de hacer críticas constructivas, su actitud hizo perder a la empresa en este caso a un fiel empleado. Diferente habría sido el resultado si hubiera invitado a Laborde a su despacho y en tono amable preguntarle; “¿Cómo un prolijo administrativo pudo haber cometido semejante equivocación?”, que le sorprendía el hecho, al tiempo de ofrecerle su apoyo si fuera que su colega estaba pasando un mal momento en lo personal tal vez, ofreciendo todo su apoyo en tal caso, convencido de que no se repetirían episodios de esa magnitud en perjuicio de la empresa.

No todos y no siempre SABEMOS HACER CRÍTICAS CONSTRUCTIVAS, a no dudar que ello nos genera un perjuicio propio en cada lugar, con cada persona y en cada ocasión.

Desde la bondad y la buena actitud, es necesario expresar nuestra opinión adversa, si así fuera, con respeto, en el tono adecuado y naturalmente con sana intención.

A.K.