Somos grandes, no pulguitas.

Me gustan las metáforas. Este cuento puede tener más de una interpretación alegórica. A mi me pareció aplicable a quien abusa de su autoridad... También se puede aplicar a quien ejerce un paternalismo poco elegante, que lo obliga a callar a los demás a la fuerza.

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Le decía a la emperatriz de las pulgas que los perros persiguen a sus ectoparásitos con pequeños mordiscos cortos y rápidos, usando solo los incisivos....

Dice la leyenda que el Protoperro o el Patriarca de los Perros, que convivió con el patriarca de las pulgas y sus millones de descendientes, no conocía por entonces la tan depurada técnica actual del mordisquito. El viejo patriarca barbón y lobuno, con descomunales colmillos, les tiraba a sus pulgas feroces tarascones, a boca llena. Como quien tira mandobles.

Pues bien.

Ante la brutal amenaza las protopulgas, reunidas en asamblea, decidieron adoptar una estrategia definitiva para terminar con tanta ferocidad persecutoria.

Una siesta de un día ardiente y caliginoso, cuando el protoperro, cabeza y cola gachas, lomo erizado y lengua colgante, luego de girar tres veces sobre su centro se hechó a dormir a la sombra de una higuera.

La Familia Ctenocephalidae en pleno se reunió sobre la parte más expuesta sensible y accesible: la ciruela izquierda, violácea y calva.

Picaron todas al unísono y saltaron.

Protoperro lanzó el mordisco con los labios arremangados y la lengua retraída. Mordisco leonino y ardiente.

Tarascón de dragón
sobre el izquierdo cojón....

Desde entonces, los descendientes de su linaje, adquirieron la capacidad de aullar. Fijación genética de la hemicastración involuntaria.

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