QUE HACER CON LOS RESTOS DE UN EX AMOR

El Museo de las Relaciones Rotas, de gira

Hasta el objeto más útil se convierte en inútil (y molesto) cuando termina una relación amorosa. Un perro de peluche, una tetera, un vestido de novia, una bicicleta, un libro dedicado, una impresora, una lapicera, una servilleta con un número de teléfono... Nada tiene sentido. O sí, depende: para el Museo de las Relaciones Rotas sí lo tiene. Así, cantidad de objetos caídos en desuso después de una ruptura pasan a engrosar sus exposiciones y se van de gira por el mundo.

Por estos días, el museo está en Berlín, en el último piso de un edificio al este de la ciudad que fue tomado. "A primera vista parece que alguien hubiera ordenado los remanentes de un mercado de pulgas", según el diario alemán Der Spiegel . Anillos, medias, adornos, un hacha usada para romper algún mueble de una ex novia..., todos son residuos de amores que no funcionaron y que, ciudad tras ciudad, van sumándose a las filas de la colección: el museo pide, y abundan los voluntarios que llevan objetos que fueron tesoros. La idea empezó en Croacia y la muestra se ha expuesto en Sarajevo, Maribor, Ljubiljana y cuenta con más de 200 objetos.

Zvonimir Dobrovic es el organizador, y cuenta que la idea surgió cuando se separaron dos artistas de Zagreb, Olinka Vistica y Drazen Grubisic; ellos quisieron hacer algo creativo con los vestigios de su relación, expusieron todo, les pidieron a sus amigos que hicieran lo mismo, y los donantes no se hicieron esperar.

"Pensamos en el Museo de las Relaciones Rotas como un lugar para dejar los objetos, liberarnos de ellos y no permanecer conectados con esa energía, pero conservarlos y preservarlos del olvido", cuenta Vistica a la agencia Reuters.

Los objetos aparecen con su explicación. Un vestido de novia que se sumó en Berlín lleva este texto: "Nos casamos en Grecia y en Japón cuando teníamos poco más de 20 años. Usé el vestido el 20 de agosto en Kavala, Grecia. Nuestro objetivo era un hogar feliz, con muchos chicos. Pero la madre naturaleza no lo quiso. ¿Y los chicos no podrían esperar hasta que termináramos nuestras carreras? Era algo muy importante para él, un joven muy feliz que quería ser padre joven. Lentamente la página se dio vuelta, la impaciencia pesó más en la balanza".

Una bicicleta llegó de Zagreb y cuentan lo siguiente: "Me fui en un día de verano abrasador. Pensé que ir a pie hubiera sido increíblemente estúpido. Así que subí a la bicicleta. De cualquier manera, es genial tener un medio de transporte fuera de la relación".

LA NACION, 30-10-2007

 

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