Síndrome Del Domingo

Síndrome Del Domingo

Ya es de nuevo domingo y justo después de comer, la somnolencia nos envuelve en un estado de melancolía. Es el momento justo en el que somos conscientes de que debemos prepararnos para afrontar una nueva semana.



Con el aroma que el café desprende mientras se enfría en la mesilla, nos sumergimos en un mundo de preguntas sin respuesta, de soledades que dejaron huecos vacíos en el alma, de silencios fríos y llantos sin motivo.

Domingos que parecen un lluvioso día de otoño que se eterniza.

Gente que camina en calles vacías con sus sueños como única compañía.
Tiendas cerradas y cafés llenos de personas que pasan la tarde mirando un partido de fútbol para no sentirse devorados por la rutina.


Los Domingos pueden ser usados para ENCONTRARSE con uno mismo, para reflexionar sobre el verdadero sentido de la vida, para comenzar esa novela que nunca leímos, para juntarnos con los nuestros y tomar unos mates calientes con facturas mientras recordamos el pasado y esos momentos divertidos que quedaron atrás y aun arrancan una carcajada...


En cambio son muchas las personas que sienten aversión por este día de la semana que les produce apatía y les mantiene pensando en el día que aun no ha llegado, en vez de disfrutar del que aun no ha terminado.


Según este artículo las personas que sufren el síndrome del domingo, sienten una sensación de vacio y tedio unas horas antes de que finalice la semana, anticipándose a la rutina agitada que les espera en el comienzo de la nueva semana.
Se centran en los aspectos negativos como las prisas, el cumplimiento de las obligaciones.


Probablemente la razón por la que un día en el que aparentemente nos tenemos que sentir contentos por el hecho de tenerlo libre, nos sintamos desmotivados tenga que ver con que no hemos sabido aprovechar nuestro tiempo libre o bien que al estar tan inmersos en nuestra planificada vida, no sabemos desconectar ante momentos de ocio actuando de un modo inflexible que nos impide gozar de la tranquilidad o diversión.


Nuestro estado anímico siempre tiene que ver con las alteraciones emocionales que sufrimos por los cambios.

Todo está en nuestro coco.
Los fines de semana alteramos nuestro ritmo en las horas en que comemos y horas de sueño, por eso es normal que al finalizar el fin de semana nos sintamos mas cansados y sin ganas de hacer nada.




SUGERENCIA : HAY QUE DISFRUTAR de lo que queda de fin de semana como más nos guste y empezar la nueva semana con mucha fuerza... optimismo .. y fé

Gracias a Mary por el texto !!


Besos
SIL

 

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