La felicidad

Hay que aprender a abrirla entonces.  

Hay que aprender a abrirla entonces.  

Sin lugar a dudas, Sergio, el poder de abrirla está en nosotros... es decir, literalmente, "tenemos la manija"!!! jajaja

Que sigas bien! Te mando un beso  

Besos. Nos vemos  

Jajaja... excelente!

Gracias, Antonio por tu comentario.

Y realmente es así, hacemos lo que aprendemos… lo que vemos hacer. Y en esto lamentablemente hay que retrotraerse a nuestra infancia, irremediablemente a nuestros padres. Porque a veces nos dicen una cosa, pero hacen otra, y eso es lo que cuenta… lo que uno ve hacer.

Y cuando digo retrotraerse, no digo para echar culpas y muchísimo menos a esta altura de nuestras vidas, pero el origen de muchas situaciones que hemos vivido (o vivimos) tienen allí el núcleo, el comienzo.

Lamentablemente, no nos han enseñado mucho sobre la felicidad… parece que es un secreto atesorado, que nadie conoce muy bien y muy pocos encontraron la fórmula…

Y tal vez, sea mucho más fácil de lo que nosotros creemos o podemos llegar a imaginar, porque como dice la publicación, “el picaporte está del lado de adentro” y nosotros somos los únicos responsables de abrir esa puerta al gran cambio.

Hay una hermosa canción, a mi entender, de Víctor Heredia que seguramente debés conocer: “Puertas abiertas, puertas cerradas”, que dice así:

El mundo está repleto
de picaportes quietos,
pon atención y mira
cuántas puertas hay cerradas
alrededor.
Puertas que son gigantes
para los habitantes,
puertas que son secretas
tan escuetas como el no del que dice no.
Hay puertas que se cierran,
hay puertas que se sueldan
desde arriba y desde abajo
desde adentro y desde afuera,
son de hierro o de madera
como tú prefieras.
Pero está en tu mano la ganzúa
que liquide esta locura
de sentirse prisioneros
en un mundo donde el miedo
deja que crezcan las puertas
como coles en la huerta
torpes y ciegas...
Abre tus puertas ahora,
si quieres se abren solas.
Grita ¡Sésamo! y despierta
y ayúdanos con la nuestra
que la vida está de fiesta
cuando tú quieras la puerta abierta.
¡De par en par!
¡De par en par!
¡De par en par!

Saludos,

Viviana