Ella y él

Ella buscaba cariño y contención,

una palabra amable,

un poco de la ternura y el cariño

que, en sus pocos años

nunca le dio la vida.

 

Él, caminando ya hacia su ocaso,

se sintió

renacer entre sus brazos,

volvió a vivir y amar

en la joven calidez de su sonrisa.

 

Ella quería querer

y ser querida,

sentir el amor cuando era amada.

Disfrutar el sexo

unida en el abrazo,

latiendo a la par ,

vibrando juntos,

acompañada en el placer,

y no

solo gozada.

 

Él le ofreció

la soledad guardada

que no pudo arrancar

en pasados desencuentros de su vida.

Ella

volvió a sentirse mujer en sus abrazos,

él, renació al amor

entre sus brazos

y enterró sus heridas.

 

Juntos vivieron la intensidad

de una pasión hermosa

con un cuidado mutuo.

Sintiéndose la piel,

bebiendo a mares

esa fresca alegría

de compartir un mundo,

en las horas robadas.

 

Pero la vida

poco prolija o complaciente

para juntar deseos y proyectos,

mostró los límites

y marcó la distancia.

 

El, mirando atrás,

se siente honrado

por esa hembra joven,

tan hermosa como persona y mujer

que sabe

que lo amó con toda el alma.

 

Ella,

que recién se abre a los amores

(repleta todavía de ilusiones),

con ganas de forjar una pareja

en base a esfuerzo, corazón y ganas,

supo que ese no era su futuro.

Pero también,

que amores como aquel

son algo que no cualquiera alcanza.

 

Una creció al amor,

otro fue amado

como nunca pensó que lo sería.

Ella siguió su rumbo,

él volvió a su rutina,

tratando de olvidarla.

 

Hoy, la huella de ese amor,

es una parte importante

para ambos,

(de las mejores cosas de sus vidas),

una ilusión,

quizá una fantasía,

un recuerdo,

un romántico retazo.

 

Como si fuera

el trémolo perfecto

de una inconclusa melodía.

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