Lo lamento

Yo sé que te juré

(y me juré a mi mismo)

ubicar esta dulce relación

en el preciso punto

del cual nunca iba a salir,

así acordamos.

 

Eras mi amante,

mi dulce nena

de los juegos eróticos,

la querida amiga,

que cobijé en mis brazos

para curar heridas.

 

Pero había mucho más

tras esas tiernas caricias.

Fue surgiendo de a poco,

y sin pedir permiso,

se hizo presente en nuestras vidas.

 

Como la oruga

se torna mariposa,

emergió entre mis brazos

una mujer

que me envolvió en su encanto.

 

Ahora, ya crecida tu piel,

cuando el molde

que alguna vez nos contuvo

mostró sus grietas.

¿que hay que hacer?

 

No podemos seguir igual,

yo lo lamento

porque veo tu lucha interna.

No sé si soy la respuesta

a esa pregunta

que te negas a hacer.

 

Solo lo intento.

 

 

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