Amor de adolescencia

<<  Escrita originalmente a los 16 años

     y corregida hasta ahora,

     es una de mis primeras poesias,

     a una novia del secundario >>

 

 

 

Cuando empezaba apenas

a desatar los nudos en la red del destino,

cruzaste por mi vida.

 

Yo te abrigué en mi pecho          

y te apreté en mis brazos.

 

Allá,

entre sombras negras,

soñador  de recuerdos,

tanteaba vacilante la senda de mi vida.

 

En el follaje de mi camino,

cargado de ilusiones         

buscaba de la noche la estrella prometida

 

Buceador sin sentido de alegrías lejanas,

alquimista del odio,

el miedo, el rencor,

descubrí de tu mano una hermosa mañana

y aplasté en tu pecho,

                        la araña del dolor.

 

Hiciste de la nada una torre de ensueño,

me brindaste al cariño,

abrigado en tu alma,

me dejaste en un beso una aurora de vida

y llenaste el silencio con tu sola palabra.

 

Eras como una paloma,

rosa blanca de otoño,

tan irreal y vaga,

ilusoria y ausente.

 

Derramabas cariño

y misterio a tu paso.

Mi amor fue tan grande…

            que no supe quererte.

 

Flor silvestre y hermosa,

golondrina de ensueño,

que te alejas de todo porque en nadie te entregas.

 

Yo  guardaré por siempre,

mi ilusión de cariño

y rendiré a tu culto la flor de mis poemas.

 

 

 

 

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