"DESCUBRIENDO EL AMOR"


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Publicado por
@DANTEX

10/11/2020#N74144

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En primer lugar, la práctica de un arte requiere disciplina. La disciplina es la capacidad de las personas para poner en práctica una serie de principios relativos al orden y la constancia.


La constancia es la firmeza y perseverancia en las resoluciones.




En segundo lugar se requiere concentración. La concentración es la capacidad de mantener la atención en algo particular o específico. Es indispensable para el dominio de un arte.




Un tercer factor es la paciencia. La paciencia te mantiene en calma o tranquilidad para esperar, con aguantar y sin renunciar a la esperanza de que mejore lo se trata. Repetimos que quien haya tratado alguna vez de dominar un arte sabe que la paciencia es necesaria para lograr cualquier cosa. Si aspiramos a obtener resultados rápidos, nunca aprenderemos un arte, que aveces, requiere años de práctica.




Un cuarto factor es la fe. La fe no es nada más que estar lleno de certeza segura y firme convicción de que las cosas saldrán bien.




Por último, la condición fundamental para el logro del amor es la superación del propio narcisismo. En la orientación narcisista se experimenta como real sólo lo que existe en nuestro interior, mientras que los fenómenos del mundo exterior carecen de realidad de por sí y se experimentan sólo desde el punto de vista de su utilidad o peligro para uno mismo. El polo opuesto del narcisismo es la objetividad; es la capacidad de ver a la gente y las cosas tal como son, objetivamente, y poder separar esa imagen objetiva de la imagen formada por los propios deseos y temores. En todas las formas de psicosis hay una incapacidad extrema para ser objetivo. Para el insano, la única realidad que existe es la que está dentro de él, la de sus temores y deseos. Ve el mundo exterior como símbolos de su mundo interior, como su creación. Y todos procedemos de idéntica manera cuando soñamos. En el sueño producimos hechos, ponemos dramas en escena, que constituyen la expresión de nuestros anhelos y temores (aunque algunas veces también de nuestras intuiciones y juicios), y, mientras dormimos, estamos convencidos de que el producto de nuestros sueños es tan real como la realidad que percibimos en el estado de vigilia.




La facultad de pensar objetivamente es la razón; la actitud emocional que


corresponde a la razón es la humildad. Ser objetivo, utilizar la propia razón, sólo es


posible si se ha alcanzado una actitud de humildad, si se ha emergido de los sueños


de omnisciencia y omnipotencia de la infancia.




En los términos de este análisis de la práctica del arte de amar, ello significa:


puesto que el amor depende de la ausencia relativa del narcisismo, requiere el desarrollo de humildad, objetividad y razón. Toda la vida debe estar dedicada a esa finalidad. La humildad y la objetividad son indivisibles, tal como lo es el amor. No puedo ser verdaderamente objetivo con respecto a mi familia si no puedo serlo con un extraño, y viceversa. Si quiero aprender el arte de amar, debo esforzarme por ser objetivo en todas las situaciones y hacerme sensible a la situación frente a la que no soy objetivo. Debo tratar de ver la diferencia entre mi imagen de una persona y de su conducta, tal como resulta de la deformación narcisista, y la realidad de esa persona tal como existe independientemente de mis intereses, necesidades y temores


 

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