vamonos un día

Vámonos un día

Vámonos un día sin que se den cuenta,
las valijas hechas durante la siesta.
Paguemos el viaje con algunas joyas
y que los impuestos los pague Magoya…

Vámonos un día sin diarios ni radio,
cantando bajito por el vecindario.
Al chofer del taxi digámosle “Ezeiza”
y a los acreedores que tengan paciencia…

De Madrid a Roma de París a Viena
y que otros se ocupen de la deuda externa,
que cuando se acaben nuestras provisiones
cantaremos tangos en los bodegones.

Rumbo a las Antillas en un paquebote,
comiendo frutillas en algún islote;
de Grecia a Mallorca sin escalas previas
y a la Costa Brava, que es toda una fiesta.

¡ Champán y langosta, fideos con hongos…!
Y de nuestras costas… que se ocupe Mongo.

Vámonos un día sin que se den cuenta,
la casa ordenada y la mesa puesta.
Los chicos son grandes y los grandes, viejos
y siempre hay amigos para dar consejos…

Y si alguien nos llama, cosa muy incierta,
por alguna changa, por alguna fiesta,
dejemos grabado un mensaje claro:
“Por no haber trabajo, se han ido al carajo !…”

Vámonos un día tan lejos se pueda,
hasta que nos llegue una buena nueva,
como que el Estado le encontró la vuelta,
que bajan las rentas y el salario aumenta.

O que la justicia sale del letargo
y de lo robado… nos devuelven algo.

Vámonos un día con nuestra esperanza
hasta donde sea, si la plata alcanza
y si no es Ibiza puede ser Carmelo
y si no hasta el Tigre, con caña y anzuelo…

De última nos vamos hasta aquí, a la esquina.
Damos un vuelta y cargamos las pilas,
luego nos sentamos a esperar el sueño
y nos prometemos el amor eterno…

Y si en una de esas las cosas se arreglan,
vamos a quedarnos… hasta que suceda.

Vamos a quedarnos… hasta que tengamos
una patria nueva.



Por Chico Novarro

 

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