Frena tu lengua

Frena tu lengua para que no se desvoque:
Di siempre menos de lo que piensas.

Cultiva voz baja y persuasiva, la forma como lo dices a veces cuenta más de lo que dices.

Nunca dejes pasar las oportunidades para decir una palabra amable y alentadora.

Elogia el trabajó bien hecho, sin importar quién lo hizo.

Interezate en los demás: en su bienestar, su hogar y su familia.

Has todo aquel que encuentres, no importa cuan humilde, se sienta que tú lo consideras una persona importante.

¡Se jovial! Oculta tus dolores, tus preocupaciones y tus desengaños bajo una sonrisa animosa y sincera. Ríe francamente y cuando oigas un buen chiste y aprende a contralo tu también.

Debes mantener tu mente abierta respecto a todos los problemas.

Deja que tus virtudes hablen por si solas y no menciones tus vicios a los demás.

No alientes las murmuraciones. Debes de imponente la regla de no decir nada sobre otra persona si no es algo bueno.

Ten mucho cuidado con los sentimientos de los demás los chistes o bromas a expensas de otros, pocas veces son acertadas y pueden herir dónde menos esperás.

No pongas atención a los comentarios molevolos acerca de ti; simplemente vive de tal modo que nadie los crea. Los nervios trastornados con frecuencia ocacionan contestaciones mordaces.

No te desesperes por conseguir lo que tú crees que mereces. Realiza tu trabajó, se paciente y conserva tu buen carácter.

Considera a las demás personas antes que a ti mismo y serás respetado y recompensado.
Anónimo pensado solo para ti...

 

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