La última tilde

Llegó a su casa,saludó a la madre,apurado encaró la escalera de madera que cantó cada paso antes de llegar al altillo allí lo esperaban los comics,los muñecos ,los afiches de circos,preciados tesoros a salvo de cualquier intento.ese era su pequeño gran mundo,allí era feliz.trazaba líneas imaginarias para que los superhéroes ingresaran a la pista donde los payasos se movían con torpeza y caían varias veces de la risa.los muñecos subidos a carretas escapando de las flechas que silbaban peligro dentro de la polvareda milagrosa provocada por una decena de indios custodiando territorio.atrás quedaba la clase de castellano,el dictado y la exposición ante sus compañeros las risas aturdian y golpeaban su cabeza.la señorita alma lo humilló se reía tanto como olazabal murias flama y romero las compañeras y amigas a las que cada día acompañaba hasta la puerta de sus casas en el regreso de la escuela no podía ser ellas también se burlaban de sus errores ortográficos.sacudió la cabeza varias veces antes de poder volver a prestar atención a los equilibristas que sin red hacían malabares sobre el fino cable extendido en las alturas de la multicolor carpa de los hermanos tobar créditos de la ciudad de palpalá y educados en las lides circenses en el circo genovés luego llamado rodas de argamenón,entre el puente la noria crovara y general paz predio donde años atrás hubiera una fábrica de jabón para la ropa.la señorita alma había roto todo su corazón su orgullo su confianza.nada pero nada podía volver a ser igual.y esas cosas se pagan y caro.ya todos sus compañeros se habían ido.seño puedo preguntarle algo? Tiene que ser ahora josé?
Eso fue todo.los muñecos se enfrentan a una cuarta de distancia entre ambos se miran desafiantes el aire se espesa.
Si seño,ahora
Ella cerró la puerta de la sala de profesores sin reparar que esa decisión sería la última que tomaría por voluntad propia.josé y la señorita alma quedaron a solas.
Los muñecos se trenzaron,de las manos de josé voló un gorrión
La seño tomó el cuaderno que le acercó,buscó los lentes en la cartera y ambas manos ocupadas cerraron el círculo el de su ciclo
El pedazo de mármol envuelto en un pañuelo cayó con toda la fuerza de los musculosos hermanos tobar sobre la cabeza malpeinada de la señorita alma
Ay,gimió
Los siguientes golpes pudieron acallar las filosas risas de olazabal murias flama y romero que aún aturdian.
Caballos salvajes acechaban a los indios escondidos en carretas los payasos reían y sus ojos lanzaban agua el trapecio iba y venía monociclos giraban sin parar
La jaula se abre un león lentamente atraviesa la pista
Un cuerpo en posición fetal envuelto en telas blancas yace los payasos no paran de reir
Y un grito de madrugada de pronto tuvo su voz
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